El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, lleva adelante las mismas políticas de “orden y limpieza” para las personas en situación de calle, que impulsó su primo, Mauricio, durante sus dos mandatos. Las mismas consolidan una concepción excluyente, estigmatizante y cruel que instala que la pobreza y la desigualdad son inevitables y las cosas no pueden ser de otra manera. ¿Dónde está la audacia de ser fuerte con los débiles y débil con los fuertes?