Militancia

51° Peregrinación a Luján

De San José hasta la Basílica

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La Juventud Peronista de la Ciudad de Buenos Aires participó de la movilización popular de fe más grande del país para agradecer el milagro de la fusilada que vive, para pedir por el fin de la miseria planificada, y para llevar hasta la Patrona de Argentina el rosario que Cristina encomendó a los compañeros y compañeras.

por Federico Rudi
6 oct 2025

Hay momentos difíciles de pensar e imposibles de describir, que solo pueden entenderse a partir de vivirlos y sentirlos. La devoción de un pueblo que agradece y pide, que promete y cumple, se condensa en cada paso de los 58 kilómetros que separan al Santuario San Cayetano en Liniers de la Basílica de Luján: una marea humana que se moviliza fraternalmente, cantando y tendiendo una mano al de al lado cuando lo necesita. Es algo de lo que decía Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, en el 2002, refiriéndose a las peregrinaciones: salir de un mismo lugar e ir a un mismo destino permite que la columna se mantenga, a pesar del distinto ritmo o paso que tenga cada grupo.

El primer día de septiembre del 2022 un hecho milagroso hizo que no salga la bala de un arma gatillada en la cabeza de Cristina; a partir de ahí la Juventud Peronista tomó la decisión política de ser parte organizadamente de la movilización popular más grande de nuestro país, que reúne a millones de argentinos y argentinas en el oeste del conurbano bonaerense. Si antes había compañeros y compañeras que hacían la peregrinación por su parte, con sus familias, amigos o parroquias, a partir de ese momento pasó a hacerse de forma organizada, sumando como agradecimiento a la Virgen el milagro de la fusilada que vive.

Desde entonces, cada año, más compañeros y compañeras nos movilizamos a pedirle a la Patrona de Argentina que nos cuide como pueblo, que nos permita unirnos y que el amor reine en los corazones de cada argentino. Lo hacemos conmovidos por la esperanza del país que queremos construir, y sabemos que a ella se aferran los pibes que intentan salir del consumo, las madres que no pueden poner un plato de comida para sus hijos en la mesa, los abuelos que no pueden comprar sus medicamentos, y todos aquellos y aquellas que creemos que es posible transformar la realidad si nos organizamos en comunidad. Nunca, como decía Juan Domingo Perón, hay que “distraer la atención de los valores supremos del individuo”.

Con el espíritu de muchos de esos jóvenes que en 1975 decidieron iniciar la peregrinación bajo la consigna “La juventud peregrina a Luján por la Patria”, pedimos que se acaben las políticas de miseria y la dictadura de los algoritmos que solo trae soledad; que haya un Estado que combata las redes de narcotráfico que rompen a nuestros pibes; que Cristina esté libre y que el pueblo argentino sea feliz. Aceptamos la vida como viene y a partir de ahí nos organizamos para construir lo que falta.


Cumplimos con honor y responsabilidad la tarea de llevar desde San José 1111 un rosario que Cristina le hizo llegar a esa Virgencita, que no quiso cruzar el Río Luján y fue cuidada por el Negro Manuel, para convertirse en la protectora de los pobres, de los humildes, de los descartados.



*Militante de La Cámpora y Secretario General de la Juventud Peronista de la Ciudad de Buenos Aires.