Política

Un gobierno de ocupación extranjera

Milei mulo de los yankis

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El “plan económico” de Milei y Caputo se cae a pedazos y ahora toda la política del gobierno se digita desde Washington. Máximo presentó en la Cámara de Diputados un proyecto para ratificar al Congreso Nacional como el que decide el endeudamiento, para impedir la entrega de la soberanía nacional. Lo que está en juego es la argentinidad misma. El 26 de octubre en las urnas ya no estamos dirimiendo entre distintos partidos políticos sino entre distintas banderas nacionales. Argentina o el mulo de los yankis.

por La Cámpora
13 oct 2025

A tan solo 17 días de las elecciones nacionales, el gobierno de Estados Unidos asumió el control de la economía argentina. Luego de intervenir de forma directa vendiendo dólares en el mercado local y anunciando un intercambio de monedas, el Secretario del Tesoro de Donald Trump, Scott Bessent, en la red social X, confirmó un swap de monedas entre los dos países, marcó cuál debe ser la orientación de las decisiones económicas que se tomen y clarificó —por si no sabíamos— que el Fondo Monetario Internacional supervisará lo que hagamos. Incluso afirmó que se mantendrán las “bandas cambiarias”.

Es decir, el ministro de Economía norteamericano es quien da los anuncios de política económica argentina.  Además, de forma completamente inédita, el tesoro norteamericano cumplió funciones del Banco Central argentino, al tomar la definición de intervenir en el mercado cambiario para evitar que el dólar supere el techo de la banda, después de que el tesoro nacional agotara sus disponibilidades de divisas tras varios días de intervención. La operación fue ejecutada a través del Banco Santander, que inyectó dólares en la economía y absorbió pesos que quedarían en manos de Estados Unidos. Las decisiones ya no se toman en nuestro país sino afuera, y sin ninguna clase de pudor.

Igual que sucedió en 2018, este mecanismo pretende darle una puerta de salida a fondos de inversión extranjeros con títulos de deuda argentina, de modo tal que, de acá en adelante, los principales acreedores del Estado Nacional pasen a ser el FMI y el Tesoro de Estados Unidos. Semanas atrás nos referíamos a la “cumbia de Caputo y el JP Morgan”, pero es evidente que la musicalización de esta fiesta del capital financiero se orquesta desde las oficinas políticas de Washington.

El ministro de Economía norteamericano es quien da los anuncios de política económica argentina

Contra un gobierno de cipayos y vendepatrias en la Casa Rosada, con Cristina presa y proscripta, y el poder judicial cooptado por una mafia gorila, el rol del Congreso Nacional y su capacidad de coordinar con la movilización popular se vuelven determinantes para frenar la venta de la Argentina. Ya hemos visto que el parlamento puede ser quien facilite la entrega nacional —como con la Ley Bases— o quien ponga límites —como con el financiamiento universitario, la emergencia en discapacidad o el Hospital Garrahan.

En relación a la deuda, lo dicho. Cuando en abril de este año el gobierno se autorizó a sí mismo, vía Decreto de Necesidad y Urgencia, a firmar un acuerdo con el FMI, a espaldas del Congreso, desde nuestra fuerza política planteamos que el nuevo préstamo era ilegítimo, que el procedimiento violaba la Constitución y las leyes nacionales, que iba en contra del Estatuto del Fondo y que en esas condiciones podría considerarse deuda odiosa, sujeta a un default selectivo y a su desconocimiento. Votamos en contra del DNU en la Cámara de Diputados y lo hemos denunciado desde entonces. La misma Cristina manifestó el 3 de junio de este año, en C5N, que el monto prestado en 2018 excedió ampliamente la cuota que le corresponde al país con respecto al organismo—alrededor de USD 18.000 millones de dólares. Por tanto, todo lo que excediera esa cuota era pasible de ser cuestionado y se debía encontrar una solución política.

Frente a la inminencia de un acuerdo de postración con Estados Unidos, la semana pasada Máximo Kirchner presentó un proyecto de resolución ante la Cámara de Diputados que ratifica el rol del Congreso en torno a la deuda y que le exige al Poder Ejecutivo Nacional y/o Banco Central de la República Argentina que someta a la consideración de ambas cámaras “cualquier  acuerdo alcanzado con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de América o con la administración de los Estados Unidos de América, adjuntando el conjunto de toda la documentación y cláusulas del acuerdo, con particular atención a cualquier compromiso que asuma la Argentina como condición para el otorgamiento”. De no ser ratificado por el Poder Legislativo, todo empréstito será nulo de nulidad absoluta e insanable y no obligará al Estado Nacional.

Dijo Máximo al presentarlo:


“Es necesario, ante las negociaciones en Estados Unidos de Norteamérica, que nadie sabe cuáles son, cómo se llevan adelante, y que después de los fracasos rotundos que hubo en acompañar este tipo de políticas, es hora de poner realmente la condición de argentinidad que cada diputado y diputada tiene en este Congreso más allá de a qué fuerza pertenece.

El proyecto fue tratado sobre tablas el miércoles 8 en el recinto y cosechó una mayoría de 129 votos para obligar a las comisiones a tratarlo esta semana y, de forma complementaria, se citó el mismo día a Caputo a dar informes verbales también en Diputados.

Así las cosas, serán las urnas las que diriman el porvenir de la Argentina. El 26 de octubre no se elige sólamente entre distintos partidos, sino que se elige entre distintas banderas. Por un lado la bandera argentina de Fuerza Patria y por el otro la bandera norteamericana, que es la que pretende flamear en la Casa Rosada Javier Milei, el mulo de los yankis.