Editorial

Lo que la mafia judicial oculta

Cristina es inocente

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Cristina es inocente de todos los delitos de los que es acusada y no hay que dejar de repetir esta verdad evidente: su único delito fue gobernar a favor del pueblo y ponerle límites al poder económico concentrado. Hay que liberar a Cristina para liberar la nación. 

por La Cámpora
26 jun 2025

La inocencia de nuestra compañera en la "Causa Vialidad" es innegable pero, con este poder económico, este sistema mediático y este Partido Judicial, es necesario explicar hasta lo obvio.

  • Las obras objeto del juicio ya fueron investigadas y la causa se cerró por inexistencia de delito.


La primera denuncia, de 2008, es de Elisa Carrió, por irregularidades en la adjudicación de obras viales en Santa Cruz. El juez Julián Ercolini sostuvo en ese momento que las obras se ejecutaban en la provincia, aunque el presupuesto fuera nacional, por lo que no era materia federal. En 2015, la justicia provincial de Santa Cruz sobreseyó a todos los imputados. Recién en 2016, ante la denuncia de Javier Iguacel, ex ministro de Energía de Mauricio Macri, el mismo Ercolini contradijo sus propias decisiones y abrió una nueva causa, en la que obraban 49 de las 51 obras ya investigadas, y de las cuales, 38 no se ejecutaron durante los gobiernos de Cristina.

  • A lo largo de toda la investigación no pudieron producir ni una sola prueba en su contra.


La causa se ocupa de 51 obras que están hechas y sobre las cuales no se pudo probar que haya habido sobreprecios. De estas obras investigadas, solo se realizaron peritajes sobre cinco, a pesar de los pedidos de Cristina de auditar todo, no solo las 51 obras viales, sino la totalidad de la obra pública de su gestión. Además, los pocos peritajes que se realizaron dieron resultados diferentes. El propio tribunal, en su resolución condenatoria, fue crítico de los mismos y realizó un peritaje propio, en el que estima que el perjuicio para el Estado fue de $85.000 millones, sin explicar de dónde sale ese número. Para poder probar la figura de "asociación ilícita", inventaron el operativo “limpiar todo”: una supuesta reunión entre Cristina y el empresario Lázaro Báez para acordar, antes de la asunción de Macri, cómo borrar la “evidencia”. Documentación periodística demuestra que el día de esa supuesta reunión, Cristina estaba en otro lado. Incluso, Mariano Cúneo Libarona, antes de ser ministro de Justicia de Javier Milei, admitió que no encontró delito en la causa.

  • A Cristina se la condena por delitos que no pudo haber cometido como presidenta.


Los sobreprecios que se investigan son en obras públicas ejecutadas por el gobierno de la Provincia de Santa Cruz, con fondos asignados por el presupuesto anual votado por el Congreso Nacional. Desde la Reforma de 1994, quien está a cargo de la administración del Estado Nacional es el Jefe de Gabinete. Sin embargo, solo se condena a Cristina. El exprocurador Rodolfo Barra dictaminó que a Cristina se le imputa “un delito imposible de cometer”. La razón es clara y explícita: Cristina no tenía firma ni poder ni vínculo alguno con las obras de Santa Cruz.

Milei le tiene miedo a Cristina y, a pesar de declaraciones rimbombantes, tenía una derrota asegurada contra ella.
  • Para condenar a Cristina, se violaron todos sus derechos y garantías.


No se respetó el principio de cosa juzgada. La causa del 2008, en la que el juez Ercolini se declaró incompetente, terminó en 2015 con un sobreseimiento por parte de la justicia provincial. A lo largo de esa investigación, se analizaron 49 de las 51 obras que luego fueron incluidas en la nueva causa vialidad, y en todas se determinó la inexistencia de sobreprecios ni ningún otro delito. El juicio oral comenzó sin los peritajes correspondientes. En numerosas oportunidades, la defensa de Cristina planteó la recusación de los magistrados intervinientes por su manifiesta parcialidad. En todos los casos, las recusaciones fueron denegadas

  • Los jueces y fiscales están todos complotados con Mauricio Macri y el Grupo Clarín.


El juez y el fiscal del tribunal que la condenó a Cristina, Rodrigo Giménez Uriburu y Diego Luciani, compartieron equipos de fútbol en la quinta de Mauricio Macri. Los jueces de la Cámara de Casación que ratificaron la condena tampoco están exentos: Hornos figura en el libro de visitas de la Quinta de Olivos durante la presidencia de Mauricio Macri; Borinsky jugaba al tenis con Macri; Barroetaveña sobreseyó a Calcaterra (primo de Macri) en un desprendimiento de la causa Cuadernos. Y si miramos la Corte, Rosenkratz y Rosati asumieron por un decreto de Macri, y Lorenzetti rechazó su propia recusación.

  • Milei presionó al poder judicial para que la condene porque no quiere enfrentarla en las urnas.


La "Causa Vialidad" en particular nació al calor del calendario electoral. Comenzó en 2016. La procesaron cuando comenzaba la campaña de 2017. La elevaron a juicio en la campaña de 2019. Finalizaron el juicio para la campaña del 2023. La meten presa para la campaña de 2025. El 28 de septiembre de 2024, en un acto partidario en Parque Lezama, frente al grito de la tribuna que pedía “Cristina presa”, el presidente Javier Milei respondió: “Teléfono, jueces”. El gobierno pidió la condena y luego la celebró cuando sucedió. Milei le tiene miedo a Cristina y, a pesar de declaraciones rimbombantes, tenía una derrota asegurada contra ella en la Provincia de Buenos Aires, con capacidad de irradiar en las elecciones nacionales. La sacaron de la cancha porque ella le gana.

  • Cristina es inocente: la quieren condenar por haber gobernado a favor del pueblo.


Durante doce años Néstor y Cristina nos dieron la mayor década de conquistas desde Juan Perón y Eva Perón. Por eso intentaron hacer del conjunto del gobierno como si fuera una asociación ilícita. El poder económico de la Argentina quiere vengarse de Cristina e impedir que se vuelva a hacer dos veces lo mismo. A Cristina la condenan por la Asignación Universal por Hijo, por las jubilaciones y los salarios más altas de la región, por las computadoras para los pibes, por las universidades y las escuelas, por los hospitales y las viviendas, por los científicos repatriados y los satélites en espacio, por la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación.

Sin embargo, aunque la condenen y la proscriban, no podrán proscribir la voluntad del pueblo argentino de volver a tener un gobierno que los represente, que ponga su esfuerzo en valor, y que traiga una vez más a la Argentina los días más felices.


Vamos a liberar a Cristina, y ese será el primer paso para la liberación de la Patria.