En noviembre de 2011, la compañera y entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, participó de la cumbre del G-20 en Cannes, Francia. La crisis económica global que había iniciado en 2007 con las hipotecas norteamericanas, llegó a su punto más álgido con la caída de Lehman Brothers y no parecía resolverse: las grandes potencias habían elegido salvar a los bancos y dejar tirada a la gente. A contracorriente, la Argentina desplegaba políticas económicas heterodoxas para mantener la actividad, el empleo y el consumo. Ante empresarios de todo el mundo, Cristina presentó un diagnóstico y un rumbo para salir de la crisis.