Política

De Lavalle a Lago Escondido

Pensaron que podían detener la marcha del pueblo

Fusilamiento de Dorrego

Pasan los años, cambian los personajes, pero el odio, la cobardía, la mentira y la vocación de ser colonia es la misma de siempre.

por Tomás Lerner *
29 jun 2025

La violencia, el oscurantismo y la impunidad de Héctor Magnetto, Mauricio Macri, Javier Milei y sus empleados de la Corte Suprema de Justicia tienen mucho de mafia cobarde, pero poco de original.

El 1 de diciembre de 1828, el General Juan Lavalle, apoyado por unitarios, oligarcas y británicos, lleva adelante el primer derrocamiento militar de la historia argentina contra el gobierno popular de la Provincia de Buenos Aires de Manuel Dorrego. Era tal el odio que les generaba Dorrego y lo que había despertado en los pueblos a través de su ejemplo en las batallas de la Independencia y en su lucha por una Patria Grande y Federal, que días más tarde lo ejecutaron cobardemente sin explicación ni posibilidad de defensa alguna.

La línea histórica que va desde Lavalle, Salvador María del Carril y la mafia de Lago Escondido está plagada de persecuciones y derramamientos de sangre, impidiéndonos ser una Patria justa, libre y soberana.

En la correspondencia histórica de esos días aparece un tal Salvador Maria del Carril, golpista unitario que años más tarde se convertiría en el primer presidente de la Corte Suprema, pidiéndole a Lavalle que, tras el fusilamiento, simule un juicio previo para tapar la atrocidad que habian cometido. Lavalle hizo oídos sordos, pero la masacre sobre las familias federales le bastó para que lo premien con un monumento frente a Tribunales.

La línea histórica que va desde Lavalle, Salvador Maria del Carril y la mafia de Lago Escondido está plagada de persecuciones y derramamientos de sangre, impidiendonos ser una Patria justa, libre y soberana. Pasan los años, cambian los personajes, pero el odio, la cobardía, la mentira y la vocación de ser colonia es la misma de siempre.

Fueron contra Cristina y una vez más pensaron que podían detener la marcha de un pueblo. Una vez más se equivocaron y les demostramos que los pueblos siempre están volviendo, y que un 18 de junio lo convertimos en el Día de la Dignidad del pueblo que no olvida a quien no lo traiciona.

Una y mil veces volveremos. Por nuestra Patria. Por nuestra gloriosa historia. Y por la mujer más importante de este siglo, que cada día nos conmueve más y nos hace sentir más orgullosos de ser argentinos y peronistas.


Viva la Patria, viva Cristina.



* Militante de La Cámpora.