Las marchas y los actos son un gran foco de generación de residuos. Al finalizar, las calles quedan repletas de elementos pasibles de ser reciclados pero que no son aprovechados, quedando desechados en el piso como basura: sucios, embarrados, mojados, manchados o mezclados en un tacho común con orgánicos y otros desechos, perdiendo su capacidad para ser recuperados y reinsertados en el sistema productivo.
Como militantes, sabemos que mejor que decir es hacer, y por eso no sólo promovemos el hábito de separar en origen nuestros residuos domiciliarios sino que nos hacemos responsables de la gestión en todos los lugares que transitamos: la oficina, el colegio, la facultad, las unidades básicas, los clubes, centros culturales, la fábrica y, a partir de este 24 de marzo, también los actos y movilizaciones.
Consideramos imprescindible no sólo favorecer el cuidado del ambiente sino también poner de relieve que las cooperativas de cartoneras y cartoneros son fuente de empleo e inclusión social. Son trabajadores y trabajadoras esenciales y visibilizar su trabajo y la recolección diferenciada es un desafío central. También por esto es que proponemos llevar adelante esta práctica necesaria, pionera y transformadora en el marco de las movilizaciones.
“Separar en origen también es militar y nuestro compromiso declamativo con los compañeros cartoneros tiene que traducirse en hechos. Sin esta acción militante, todos esos residuos hubieran sido descartados como basura en vez de convertidos en recursos y trabajo para las cooperativas. Esto es militar el ambientalismo popular”, manifestó al respecto Daniela Vilar, ministra de Ambiente de la provincia de Buenos Aires e impulsora de la actividad.
La consolidación y el crecimiento del Frente Ambiental en nuestra organización permitió que compañeros y compañeras de todo el país desempeñen esta tarea clave en el marco de una actividad multitudinaria.
Distribuidos a lo largo de toda la columna, marcharon con una bolsa para guardar el material y pecheras que fueron realizadas en lienzo natural y restos de tela recuperada por dos cooperativas textiles de mujeres. A su vez, a los costados, con carros, en puntos fijos y con bolsones blancos ubicados cada cuatro esquinas, había recuperadoras y recuperadores urbanos que formaron parte de la iniciativa. Asimismo, se sumaron seis cooperativas distintas de cartoneras, cartoneros y recuperadores. En total, se recuperaron 25 bolsones, equivalentes a 1500 kilos de residuos reciclables (principalmente plástico, papel y cartón).
Es la primera vez que se realiza esta experiencia que fue verdaderamente un éxito. Este tipo de acciones nos ayudan a tomar conciencia sobre el impacto ambiental de nuestros hábitos cotidianos y sobre cómo desde la práctica militante podemos transformar absolutamente todo.
