En respuesta a la nota publicada el día 25 de septiembre de 2020 en el diario La Nación
¿Quién no le tema a Cristina Kirchner? De Sergio Suppo.
Por Gabriela Estevez*
Cuando les tocó gobernar, lo hicieron de espaldas al pueblo, reprimieron cuánta marcha pudieron, persiguieron opositores, intervinieron sindicatos, modificaron la composición de la corte por decreto. Devaluaron sistemáticamente la moneda, aumentaron el desempleo, hambrearon a la población. Desfinanciaron la salud y la educación pública. Ocasionaron daños irreversibles al sistema de ciencia y técnica. Aumentaron inescrupulosamente las tarifas de servicios públicos, impulsaron un industricidio. Recibieron el mayor préstamo en la historia del país por parte del FMI con el único objetivo de ganar las elecciones. Las perdieron.
Perdieron las elecciones. En el marco de la democracia representativa perdieron las elecciones.
¿Y ahora?
Ahora resulta que el problema es la educación. Que las mayorías que son brutas, como son brutas votan mal y ahora gobierna de vuelta el peronismo. Entonces ensayan cualquier tipo de argumento para decir sin decir lo que tan cómodo le quedaba a aquella generación del ˮ˜80 que integraba el padre del aula: que el voto es mejor si es calificado.
Disculpe el lector si ahorro en metáforas pero ya hay que empezar a hablar sin tantas vueltas, porque lo de Sarmiento, lo de que no hay que ahorrar en sangre de gaucho porque es lo único que tienen de humanos no tiene nada de metafórico. Así pensó Sarmiento al país, mirando a Europa, con pretensiones civilizatorias oponiéndolo a las prácticas propias de la barbarie. Y así nos la quieren volver a contar, un siglo y medio después. Porque díganme si no se parece bastante el decir que la vicepresidenta “no está sola con sus acusaciones de coimas y enriquecimiento y con sus torpezas políticas y económicas. Hay millones de votantes que la acompañan.ˮ para terminar afirmando que ese acompañamiento es producto de la ignorancia, de la falta de educación.
La verdad es que no, no todos los problemas de nuestro país son problemas de educación. También hay problemas económicos, de profundas desigualdades sociales, de diferencias significativas en las oportunidades para cada persona. Y también hay diferencias políticas e ideológicas. Que no son problemas, son diferencia de intereses.
Expusimos nuestros argumentos, conformamos una alianza, fuimos a elecciones y las ganamos. ¿ahora qué van a decir? ¿Que los nuestros valen menos porque son votos de pobres? Díganlo, pero díganlo sin tanta vuelta. Porque se pasan el día merodeando opiniones antidemocráticas que solo confunden a la población.
Nos quieren avergonzados de nuestros liderazgos, aun no soportan que una mujer se ponga al frente, tenga mirada estratégica, discuta con los poderes económicos más concentrados y que no tenga miedo. Esta vez ilustran a la vicepresidenta como una bruja, como aquellas mujeres desobedientes de su tiempo, perseguidas por los guardianes del orden. En estos años han recorrido ya todos los estereotipos con el fin de desacreditarla como la conductora del movimiento político más importante de nuestro país.
Nosotros, como fuerza política, ya decidimos que la nuestra es la arena democrática. La de la participación, la del debate público de ideas, nosotros no tenemos miedo a los desacuerdos.
Nos quieren afuera de la política porque son ustedes los que verdaderamente temen que esta Argentina de todos se ponga de pie.
* Diputada Nacional por el Frente de Todos – Córdoba