Cuando se hizo el acto en el Luna Park tenía 8 años. No estuve ni recuerdo ese día. Sin embargo, lo tengo muy presente desde que empecé a militar. ¿Cómo no hacerlo si fue un acto hecho por pibas y pibes para hablarle a Néstor y para que él también les hable? Es todo lo que quisiéramos hacer ahora: charlar un ratito con él. Pero lejos de mirarlo con la tristeza de lo que no puede ser, elegí hacerlo como un desafío, el de un legado.