Militancia

Inauguración del Microestadio NK

Cuando toca Cristina

Pch 4109 1


por La Cámpora
29 abr 2024

Cristina, junto a la compañera e intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, le habló a la militancia en el marco de la inauguración del microestadio Presidente Néstor Kirchner. A 21 años de las históricas elecciones del 27 de abril de 2003, caracterizó la situación que atraviesa el país en el marco de un proyecto político “anarco-colonialista”, disertó sobre la situación energética e instó a la militancia a estudiar y a formarse para transformar los problemas reales de las argentinas y los argentinos.

El día amaneció frío, nublado, gris. “Noooo paaasa naaada. Mientras no llueva...”, dijo un compañero que portaba una pechera de Organización, mientras se apoyaba en la valla de ingreso al predio y custodiaba con la mirada el manto de nubes que cubría el cielo. Eran recién las once de la mañana. 


En Quilmes se movían lentamente los engranajes de un sábado atípico… No jugaba el cervecero, pero parecía.

En los alrededores empezaba a subir esa premonitoria neblina de las parrillas en la calle. Se escuchaba una cumbia vieja y el tímido pulso de bombos distantes. Dos pasacalles con las leyendas “Kirchner o FMI” y “Nada sin Cristina”,  en el cruce de las avenidas Vicente López y Laprida, justo donde nace el bulevar, recibían a los primeros grupos de compañeros que vinieron desde sus barrios y provincias.

Sobre la calle Lafinur, a metros del acceso al polideportivo municipal de Quilmes, una familia sacó la parrilla a la vereda de su casa. Muchos los imitaron. Hasta que se abrieron formalmente las puertas para el acto, cerca de las dos de la tarde, hubo gente haciendo fila. El padre anotaba los pedidos, cobraba y le marcaba el ritmo al parrillero. Su hijo, con atención, organizaba el fuego. La madre iba y volvía sin descanso, una y otra vez, desde la casa a la parrilla, preparando y reponiendo lo que se terminaba en el tablón. Una organización perfecta.

En los alrededores empezaba a subir esa premonitoria neblina de las parrillas en la calle. Se escuchaba una cumbia vieja y el tímido pulso de bombos distantes. Dos pasacalles con las leyendas “Kirchner o FMI” y “Nada sin Cristina”, en el cruce de las avenidas Vicente López y Laprida, justo donde nace el bulevar, recibían a los primeros grupos de compañeros que vinieron desde sus barrios y provincias.

Frente a ellos, una casa había sido decorada para el día. Tenía una bandera colgada en cada ventana. En el primer piso, el pañuelo blanco y los 30.000 compañeros y compañeras detenidos-desaparecidos presentes. En la reja de la entrada, un afiche de “la Jefa”. Desde la noche anterior, como merecía la ocasión, aquel compañero quilmeño preparó su bienvenida para los soldados de Perón.


Entre la multitud que comenzaba a formarse en los accesos, un hombre mayor caminaba envuelto en una bandera argentina. Y le comentaba a una mujer, que también había ido sin compañía: “Vine por Cristina, para que sepa que no está sola”.



Vine por Cristina, para que sepa que no está sola

El escenario, montado sobre la tribuna sur, esperaba, con dos micrófonos y una mesa vestida de celeste y blanco, la llegada de Cristina y Mayra Mendoza. Hacía tanto que nos debíamos una alegría justa, una convocatoria alegre: verla, escucharla y, también, festejar que somos muchos para combatir las injusticias. La tribuna era una marea, una máquina de autopotenciarse colectivamente.


Pibes del secundario, de la universidad, de la capital y de distintos barrios de Buenos Aires. También se veían remeras de otras provincias, de algunos militantes que hicieron el esfuerzo de viajar para estar en una jornada histórica. Jóvenes y no tan jóvenes, profesionales, trabajadores y trabajadoras que van a los actos sabiendo que seguramente van a encontrarse con compañeras y compañeros de tantos años. Adultos y adultas mayores que siguen a los pibes a tono, cantando, porque ellos y ellas también son la gloriosa Juventud Peronista. Todos celebraban como en la cancha porque en un rato saldría Ella… porque hablaba Cristina.

El polideportivo municipal es un complejo lindero al Parque de la Ciudad, al estadio Centenario de Quilmes y al estadio nacional de hockey. Su construcción comenzó en el 2014 en el marco del programa de obras del Bicentenario, durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Y se convirtió, con los cambios de gobierno, en una metáfora de la realidad del país.


Con la asunción de Mauricio Macri, en 2015, el avance de las obras se frenó y recién se retomó luego de la pandemia por decisión de la compañera intendenta. 


“Los proyectos políticos de destrucción, como el de Macri y el de Javier Milei, tienen las mismas actitudes, las mismas características”, dijo Mayra durante su discurso, y agregó, con pesar: ”Tenemos frenada muchísima obra pública: el acceso sudeste, el natatorio de Solano, la estación de trenes ‘Héroes de Malvinas’, un edificio educativo-tecnológico y escuelas”.


El complejo en el que se inauguró el microestadio cuenta con una pista de atletismo, canchas de fútbol, básquet, tenis y una hermosa pileta. Además, desde el año pasado, allí funciona también la Casa de las Juventudes, un espacio para que los más jóvenes de la ciudad puedan realizar actividades artísticas y culturales.


Antes de dirigirse hacia el escenario, Cristina visitó junto a Mayra el monumento a Néstor, que está ubicado en la entrada del predio. Es el mismo que supo estar en la sede permanente de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) en Ecuador y, hasta el año pasado, en el Centro Cultural Kirchner. “Hoy la militancia quilmeña tiene al cuidado este homenaje”, confió Mayra.

Dicen que cuando “toca” Cristina, suceden cosas inexplicables. Hasta hay quienes juran y perjuran que han visto que, aun después de llover a cántaros, si ella sale, logra que el sol salga también. Así, al calor del ritual de las canciones, de los vientos, de los bombos y de la alegría de un pueblo que volvía a escucharla, las nubes se fueron corriendo y un hermoso sol de otoño inundó el lugar. Finalmente, Cristina salió a la cancha bajo un cielo patrio y despejado, como merece.

Dicen que cuando “toca” Cristina, suceden cosas inexplicables

Ante una ovación ensordecedora, saludó a los presentes y se refirió a la fecha que nos conmemoraba, la del 27 de abril, día en el que -hace 21 años- Néstor salió segundo en las elecciones presidenciales, con un 22 por ciento de los votos. Y prosiguió, reflexionando sobre nuestra historia reciente en estas décadas y la actual situación del país: “Creer que en la República Argentina el problema es el déficit fiscal es no entender la Argentina, la economía y el mundo. De todos los países, solamente tres tienen superávit fiscal”, dijo y recordó que “cuando Néstor llegó a la presidencia todo era privado. Hasta las jubilaciones, YPF, Aerolíneas Argentinas, absolutamente todo era privado. Y tuvimos déficit cero. En el año 2000 y 2001 descontaron sueldos, jubilaciones y tuvimos déficit cero”.


En este país, en los seis años que hubo superávit fiscal, gobernaba Néstor Kirchner y, en el 2008, quien les habla. Si, señores, superávit fiscal 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008. ¿Y qué pasó en el 2008? y.. se cayó el mundo. Se cayó el Lehman Brothers. Crisis global a escala global. No se pudo sostener y más tarde, dos años más tarde, se nos invirtió la balanza energética. De un superávit de más de 4 mil millones de dólares en exportaciones energéticas, pasamos a tener que importar por la misma cifra. Éste fue el tema de por qué tuvimos déficit. No es que estemos defendiendo el déficit, pero por esto digo que ésa hazaña, eso de la hazaña histórica y demás, ¿por un trimestre hazaña histórica?  Entonces nosotros, que estuvimos seis años, ¿Qué somos, héroes nacionales? No: hombres y mujeres de carne y hueso con responsabilidades especiales que se hacen cargo de la historia y le hacen frente con coraje, eso fuimos. No fuimos héroes. Y, fundamentalmente, con ideas claras”, exclamó.

En este país, en los seis años que hubo superávit fiscal, gobernaba Néstor Kirchner y, en el 2008, quien les habla. Si, señores, superávit fiscal 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008. ¿Y qué pasó en el 2008? y.. se cayó el mundo.

En ese marco, Cristina tejió un paralelismo entre el contexto actual y el que le tocó a Néstor al iniciar su presidencia, luego de los años de neoliberalismo de los 90 y la crisis y posterior estallido del 2001: “Si hay algo que siempre he reconocido es la contundencia y lo inapelable que es el voto popular, pero la legitimidad de origen necesita legitimarse también en la gestión y en los resultados de la gestión. Nos preguntaban (en 2003) ¿qué van a hacer si renuncia (Carlos Menem) y ustedes quedan con el 22% de los votos, con este quilombo de país? Y yo les dije, muy segura de mí misma, tan segura como era él, que no se preocuparan, que nosotros no íbamos a tener legitimidad de origen porque teníamos apenas el 22 por ciento de los votos, pero sí íbamos a construir legitimidad en la gestión defendiendo los intereses de la sociedad y haciéndonos cargo de las cosas que había que hacer”. 

¿Por un trimestre hazaña histórica? Entonces nosotros, que estuvimos seis años, ¿Qué somos, héroes nacionales? No: hombres y mujeres de carne y hueso con responsabilidades especiales que se hacen cargo de la historia y le hacen frente con coraje, eso fuimos. No fuimos héroes. Y, fundamentalmente, con ideas claras

Te puede haber votado el 60% de los votos pero, si después, cuando sos gobierno, la gente se caga de hambre, pierde el trabajo, aumenta la desocupación, no puede llegar a fin de mes ¿de qué sirve? Esto es muy claro. Tan legitimado que, de ese 22%, Néstor se fue con un 70% de imagen positiva cuando finalizó la primera presidencia”, añadió. 

La legitimidad de origen necesita legitimarse también en la gestión y en los resultados de la gestión

Cristina también alertó sobre las medidas económicas del actual gobierno: “No tiene plan de estabilización, que sí lo tuvo el gobierno anterior (de Menem), que fue la convertibilidad. Una convertibilidad sostenida además por la venta del patrimonio nacional, y por el endeudamiento”.Un plan de estabilización no es solamente una cuestión técnica, es una cuestión profundamente política y social. Los agentes económicos, los consumidores, los empresarios, la sociedad tiene que creer en eso para que tenga efectividad. Este gobierno no tiene un plan de estabilización. Solamente es un plan de ajuste”, sentenció. 


“Entonces uno se pregunta, si no es neoliberal, ¿qué es entonces el anarco-capitalismo?”, reflexionó. Y rápidamente respondió: “Creo que sí hay una pista en el discurso del presidente en la cadena nacional del lunes. Él dijo que la recuperación y el crecimiento van a venir desde cuatro lugares: petróleo, gas, minería y campo”

Este gobierno no tiene un plan de estabilización. Solamente es un plan de ajuste

De esa manera, Cristina explicó que atravesamos, en realidad, “una economía de carácter extractivista, o sea, llevarse todos los recursos naturales sin valor agregado, sin tecnología, sin industrialización: pre capitalista, como la Argentina del virreinato del Río de la Plata, donde se llevaban todas las riquezas y no te quedaba nada”. “Entonces más que anarco-capitalismo, me parece que suena a anarco-colonialismo”, afirmó.


Durante su exposición, Cristina también convocó a estudiar y a repensar el sistema energético de nuestro país, que hoy buscan privatizar. En ese sentido, recordó que “CAMMESA es la que compra y administra todo el mercado mayorista energético en Argentina”. 


“La preside el secretario de Energía, pero el 80% son las grandes empresas del país, grandes usuarios, Techint y Aluar, Edenor, Edesur, Transener, Pampa Energía”, mencionó y recordó que, cuando se cayó la convertibilidad, se pesificó el precio del transporte y la distribución, pero la generación siguió estando en dólares. 


“Los contratos son en dólares, ¿se imaginan cada vez que hay una devaluación lo que pasa con eso?”, reflexionó. En esa misma línea, recordó qué hizo (y no) el Estado durante las privatizaciones: “Conservó la regulación del transporte y de la distribución con el ENRE pero dejó desregulado y, a libertad del mercado, el de la generación. Este es uno de los grandes quilombos que tenemos hoy en la República Argentina”.

Más que anarco-capitalismo, me parece que suena a anarco-colonialismo

A continuación, exclamó: “Después nos hablan de la eficiencia del mercado. No me jodan más con la eficiencia del mercado. No hay eficiencia en el mercado. Hay apropiación de rentabilidad de la sociedad. Y luego cuestionó que los argentinos estemos pagando una energía mucho más cara de lo que se debería pagar porque, además de darle prioridad de despacho a las energías renovables, le dieron prioridad de pago. Es decir, que si CAMMESA no tiene para pagarle a las eólicas y a los proyectos presentados, los termina pagando el Fondo de Desarrollo de Energías Renovables, y -si no tiene recursos-, el Estado está obligado a comprarle el proyecto, y -si no tiene plata-, se lo da el Banco Mundial. En síntesis, expuso: “Tenemos gente sentada de los dos lados del mostrador. ¿Qué puede salir bien? Y no estoy acusando de nada a nadie, simplemente es mostrar cómo el Estado ha abandonado esto”.


En su discurso, Cristina convocó a repensar también el sistema tributario, simplificando y modificándolo a favor del pueblo: “No para lo que quieren hacer ahora con la Ley de Bases, que le bajan impuestos personales a los que tienen plata y le ponen el impuesto, que ya ni se puede llamar a las ganancias”.

Tenemos gente sentada de los dos lados del mostrador. ¿Qué puede salir bien?

Además expuso la exención impositiva millonaria que tiene actualmente Mercado Libre, la empresa más importante del país, cuyo titular es el hombre más rico de la Argentina.  “Con esos 103 millones de dólares nos sobra para cubrir todos los gastos de funcionamiento de todas las universidades argentinas y de los hospitales”, dijo en relación a la crisis de financiamiento que tiene en vilo a la comunidad educativa a lo largo y ancho de todo el país. “Comiencen a devolver al pueblo argentino y a la sociedad todo lo que han recibido”, exclamó.


Por último, ya cayendo el sol, la eterna presidenta de corazones se dirigió de forma contundente a la militancia: “Hay que estudiar, hay que formarse, hay que salir a discutir estas cosas, no pelotudeces, estas cosas que son las que le interesan a la gente, que son las que le cambian la vida”. En ese marco, afirmó que es imprescindible que, en cada barrio y lugar donde cada uno esté, acompañemos y llevemos adelante todo esto.

Con esos 103 millones de dólares nos sobra para cubrir todos los gastos de funcionamiento de todas las universidades argentinas

Al finalizar el acto, Cristina fue a saludar a una multitud que había quedado afuera del microestadio, pero igual permaneció firme para poder verla.

Ella se acercó, les agradeció el aguante y, emocionada, les confesó: “Lo que siempre me sostuvo es el cariño y el afecto de todos ustedes, es algo que siempre voy a llevar en mi corazón”