Ambiente

Argentina para las argentinas y los argentinos

La flexibilización ambiental atenta contra la justicia social: la sufren los sectores más vulnerados y desprotegidos con precarización laboral, con malas condiciones de hábitat, sin acceso a bienes imprescindibles, con condiciones insalubres de vida.

“El Fondo aprieta, la Argentina cede y terminamos cediendo por baratijas. Buscan la flexibilización laboral, impositiva y de las grandes normas ambientales para poder dañar y acumular grandes ganancias a costa de nuestro territorio”, expresó Máximo en Avellaneda durante el Plenario de la militancia.

En el marco de una jornada de debate que concluyó con el discurso de Máximo en la localidad bonaerense, el diputado nacional propuso -una vez más- vincular las cuestiones ambientales con nuestra realidad actual y nuestro futuro. Sólo aquellos que quieran hacerse las distraídas y distraídos pueden dejar de ver que debatir “lo ambiental” no es más que debatir qué tipo de Argentina queremos, soñamos y estamos dispuestos a construir.

Máximo se refirió nuevamente a las 3 flexibilizaciones: la laboral, la impositiva y la ambiental. Todas vinculadas al modelo económico del neoliberalismo. La cuestión ambiental es, desde nuestra perspectiva un eje central en la discusión de la justicia social, los derechos humanos, el modelo económico imperante y la soberanía de nuestros bienes naturales.

Argentina es rica en extensión territorial, biodiversidad y bienes naturales continentales y marinos, lo que la convierte en un país con potenciales condiciones para el desarrollo económico, a la vez que en un punto estratégico geopolítico. En este sentido, el rol del Estado es fundamental para ejercer la soberanía de los pueblos y las naciones sobre sus bienes. Debilitar las regulaciones ambientales pone en riesgo nuestra soberanía en cuanto se flexibiliza la extracción y uso de recursos a cualquier precio.

A su vez, la flexibilización ambiental es consecuencia de la pérdida de independencia económica. Esto no es algo nuevo para América Latina: es parte de un modelo histórico de colonización y saqueo de sus bienes naturales, en donde las riquezas no generan trabajo ni desarrollo local, se fugan y dejan contaminación y pobreza.

Creemos que es central, en el marco de un proyecto con independencia económica, justicia social y soberanía política, las banderas que Néstor y Cristina reflotaron a partir del año 2003, revisar, discutir, repensar e incluso proponer alternativas a la feroz y criminal deuda acordada una vez más con el FMI que nos dejó la coalición de Juntos por el Cambio. Esa deuda no solo trae más pobreza, más desigualdad y fragmentación de nuestra sociedad, sino también remata nuestros bienes naturales comunes.

Desde el Frente Ambiental de la organización venimos proponiendo y construyendo el concepto de ambientalismo popular, una nueva perspectiva que pone el tema ambiental en el centro de un debate integral y mucho más amplio, discute nuevos sentidos e intenta transicionar a nuevos paradigmas. Nuestro proyecto político siempre nos invita a soñar con romper moldes, pensar nuevas soluciones para los problemas que tenemos que abordar.

Tenemos antecedentes históricos y banderas para levantar. Nos guía el mensaje de Perón a los pueblos y gobiernos del mundo de 1972, un texto actualmente vigente, que incorpora la perspectiva ambiental y plantea los desafíos de la humanidad para el siglo XXI.

Destacamos la gesta de Néstor Kirchner cuando nos liberó del FMI en 2005, saldando toda la deuda con una entidad que cogobernó Argentina durante el proceso neoliberal y empobrecedor de los 90.  También su posición frente a la crisis climática que evidencia las históricas desigualdades norte-sur, donde nuestro ex presidente definió el concepto de acreedores ambientales, en cuanto el sur global constituye una verdadera reserva ambiental, que no recibe ningún tipo de compensación por parte de sus deudores ambientales.

Cristina impulsó y llevó adelante un sinnúmero de políticas públicas que tuvieron un abordaje soberano: sin ir más lejos, la estatización de YPF que hoy le permite al Estado argentino encauzar políticas estratégicas en materia energética.

La intensa labor parlamentaria en materia ambiental de nuestro espacio político en los últimos años da cuenta de cómo el tema toma centralidad en el debate del modelo de país que queremos construir.

La sostenibilidad ambiental, económica y social de nuestro pueblo no podrá ser pensada sin poner en discusión la redistribución de la riqueza, la dependencia en las commodities de bienes naturales, la distribución de la tierra, el desarrollo de los mercados internos con generación de conocimiento, innovación tecnológica nacional, trabajo y el cuidado del ambiente para una vida digna y saludable. Este proceso exige dar grandes batallas frente a la flexibilización laboral, impositiva y ambiental.

Como planteó Máximo en Avellaneda: “Es hora del Pueblo. Es hora de la gente. Para construir una victoria, no para administrar la miseria del Fondo Monetario Internacional, sino una victoria para que los argentinos y argentinas realmente disfruten de su tierra, de sus riquezas, de sus ríos, mares y climas. Argentina para los argentinos y para las argentinas”.

 

Ciudad de Buenos Aires
El domingo 17 de marzo participamos, por cuarto año consecutivo, de la Marcha de las Antorchas en el barrio de Lugano 1y2 bajo el lema “Iluminemos las calles con memoria” y en unidad con todas las organizaciones del campo popular de la comuna y el Observatorio de Derechos Humanos de la Comuna 8.