En el marco de la marcha del 24 de marzo, militantes del Frente Ambiental de todo el país junto a compañeras y compañeros cartoneros recogieron los residuos que se fueron generando durante toda la jornada para reciclarlos, visibilizar la necesidad de dejar de producir grandes cantidades basura y, fundamentalmente, poner en valor el trabajo del reciclado y la recuperación de residuos.

El operativo contó con una gran organización de la que participaron militantes y cooperativas de reciclado. Por un lado, más de 100 compañeros y compañeras del Frente Ambiental distribuidos a lo largo de toda la columna marcharon con pecheras identificatorias y bolsones para guardar el material que les fueron entregando los presentes. Tanto los bolsones como las pecheras eran de lienzo natural y restos de tela recuperada producidos por dos cooperativas textiles de mujeres. Por otro lado, a los costados a lo largo de todo el recorrido, se encontraban en puntos fijos con recuperadores urbanos de diferentes cooperativas con bolsones grandes y carros para recibir el material.

El saldo es muy positivo: no solo porque al paso de la columna las calles iban quedando limpias y sin residuos, sino porque se lograron recuperar más de 50 bolsones con material reciclable (principalmente plástico, papel y cartón), lo que equivale a más de 2.000 kilos de material: se duplicó la cantidad de material recuperado con respecto al año pasado. Esto se traduce en trabajo y mayores ingresos para los trabajadores de la economía popular, un sector con quien desde la organización venimos trabajando fuertemente y fortaleciendo a través de iniciativas locales.
Además, este año, se repartió un QR que permitía acceder al material sobre reciclado que se elaboró desde el Frente Ambiental de la Provincia de Buenos Aires (manuales de separación de residuos, láminas, follatería), con el objetivo de que la iniciativa también sirva para replicar esta acción, concientizar y alentar esta práctica en los hogares, espacio de trabajo y de militancia.

Las movilizaciones y los actos son un gran foco de generación de residuos. Al finalizar, las calles quedan repletas de elementos pasibles de ser reciclados pero que no son aprovechados, quedando desechados en el piso como basura: sucios, embarrados, mojados, manchados o mezclados en un tacho común con orgánicos y otros desechos, perdiendo su capacidad para ser recuperados y reinsertados en el sistema productivo.

Como militantes, sabemos qué mejor que decir es hacer, y por eso no sólo promovemos el hábito de separar en origen nuestros residuos domiciliarios, sino que nos hacemos responsables de la gestión en todos los lugares que transitamos: la oficina, el colegio, la facultad, las unidades básicas, los clubes, centros culturales, la fábrica y las movilizaciones.

Consideramos imprescindible no sólo favorecer el cuidado del ambiente, sino también poner de relieve que las cooperativas de cartoneras y cartoneros son fuente de empleo e inclusión social. Son trabajadores y trabajadoras esenciales y visibilizar su trabajo y la recolección diferenciada es un desafío central. Por eso militamos esta práctica necesaria, pionera y transformadora en el marco de las movilizaciones.

“Separar en origen es militar: la tarea de fortalecer las cooperativas de reciclado, cuidar el ambiente y generar trabajo tiene que ser un compromiso colectivo y una acción que llevemos adelante en todos los espacios en los que nos movemos. Esto es militar el ambientalismo popular”, manifestó al respecto Daniela Vilar, ministra de Ambiente de la provincia de Buenos Aires e impulsora de la actividad.

La consolidación y el crecimiento del Frente Ambiental en nuestra organización permitió que compañeros y compañeras de todo el país desempeñen esta tarea clave en el marco de una actividad multitudinaria.

Es la segunda vez  en una movilización masiva que se realiza esta experiencia y nuevamente fue un éxito absoluto. Trabajadores y trabajadoras de diferentes cooperativas nos hicieron llegar su agradecimiento por la gran cantidad de material que recibieron y lo que eso implica para sus ingresos. La gente que pasaba por la columna se interesaba en la iniciativa, se acercaba a consultar y pedir información.

Este tipo de acciones nos ayudan a tomar conciencia sobre el impacto ambiental de nuestros hábitos cotidianos y sobre cómo desde la práctica militante podemos transformar absolutamente todo.