Recordando las repercusiones de su última exposición pública, cuando la mafia judicial falló en su contra en el juicio por Vialidad, la vicepresidenta expresó: “Empezaron a hablar del renunciamiento de Cristina o de la autoexclusión de Cristina. El único renunciamiento que tuvo el peronismo fue el de Eva Perón. Y tampoco hay autoexclusión. Ni renunciamiento ni autoexclusión: proscripción. Este procedimiento de proscripción no es nuevo, lo empezaron a pergeñar al día siguiente del 9 de diciembre que nos despedimos en la Plaza y cantaban Volveremos, para que nadie se vuelva a animar a recuperar las AFJP o YPF, o a la Ley de Medios, o a mejorar la redistribución del ingreso y que los trabajadores participen en más del 50% del PBI, o que la educación tenga el 6%, o desendeudar al país y decirle al Fondo “Chau, no te necesitamos más, las políticas económicas las decidimos acá los argentinos en la Casa Rosada y en el Parlamento”. Tiene un efecto disciplinador y vaya si lo logran, estos días de idas y diretes, con la agrupación, como yo digo, Agrupación Política Amague y Recule permanente”.
Cristina, entonces, se dirigió a la militancia: “El miedo es un gran disciplinador de la dirigencia política y un gran frustrador de las sociedades. No construye nada, pulveriza el poder popular y tiende a desnaturalizar la política y a que aparezca la insatisfacción democrática. Cada compañero, cada dirigente, cada militante, tiene su bastón de mariscal en la mochila. Sáquenlo. Y no le pidan permiso a nadie para sacarlo. En todo caso, si se equivocan con el bastón pidan perdón porque siempre cuando uno se equivoca debe pedir perdón pero, permiso, no le pidan permiso a nadie.” Lo que desató el canto de los compañeros y compañeras presentes al grito de “Cristina Presidenta”.
Sobre el final, en un mensaje a las y los militantes de todo el país, remarcó: “La política termina siendo algo que no le gusta a la gente porque no le soluciona los problemas. Es necesario que pongamos lo mejor de cada uno de nosotros porque se ha sufrido mucho en la Argentina y hay muchas carencias todavía. Ni para los que sufrieron las consecuencias de la dictadura ni tampoco para los millones de argentinos que siguen apostando a que la democracia es la mejor manera de vivir entre nosotros. Esto no existe hoy y es grave porque el año que viene vamos a cumplir 40 años de democracia. Será una fecha muy importante para que movilicemos a toda la Argentina a partir de una consigna: Argentina y democracia sin mafias. Los argentinos nos lo merecemos”.