Quien escribe no se anima a hacer psicoanálisis de tribuna, porque no tiene título profesional ni columna de opinión que llenar por falta de temas. Pero sí se atreve a mirar la nube de palabras y notar que hay una referencialidad bastante manifesta y que no es de Cristina Kirchner consigo misma. Aunque para eso no hacía falta una nube de palabras.