UNA VIDA IMPRESCINDIBLE
Hoy nos dejó Jorge. Demasiado temprano, pero con una vida marcada por el coraje, la rebeldía, los desafíos superados, el amor y la alegría.
por
La Cámpora
16 may 2021
Nació bien entrada la década neoliberal, cuando la villa 21 comenzaba a ser conocida como la más grande de la Ciudad de Buenos Aires y por la que pasa un tren a lo largo de uno de sus pasillos. Ese tren le arrancó una de sus piernas cuando era un pibito, pero fue tal vez ese accidente el que provocó hacerlo tan fuerte y decidido. Su vida continuó en medio de rehabilitaciones, alimentado por ollas populares y rebeldías que organizaba su mamá con otros compañeros y compañeras. En Colombia, cuando se convirtió en uno de los campeones paraolímpicos de natación, parecía que su historia de superación estaba cumplida. Pero Jorgito no creía en superhéroes, a él le gustaban las salidas colectivas.
Comenzó a involucrarse cada vez más en la realidad social y política de su barrio. Comenzó a trabajar en la Casa de la Cultura de la villa 21, mientras seguía entrenando. El comité paraolímpico no estuvo a su altura y Jorge no pudo seguir... Pero eso no lo aminaló. Comenzó a involucrarse en diferentes proyectos, conoció a su gran amor, su compañera coraje, con la que tuvo a su hermosa hijita.
Era demasiado joven, pero eso no impidió que quienes lo rodeábamos pensemos que si él estaba, todo siempre iba a ser más fácil. Armaba grupo, familia, amigas, amigos, no pasaba indiferente por una vida. La pandemia lo agarró pensando en un proyecto de deportes para personas con discapacidad, pero el tipo entendía de prioridades y urgencias. Así que, junto a sus compañeros, compañeras, vecinas y vecinos, se pusieron el asunto en los hombros y ampliaron la capacidad del merendero y comedor que coordinaba con su compañera en pocos días. Se desvelaba pensando en cómo hacer para que no comieran lentejas y fideos todos los días; había que conseguir pollo, carne, verduras, postres ricos para las niñas y niños.
Jorge era digno, pero sobre todo dignificaba. En medio de su plenitud, con su hermosa familia, sus compañeras y compañeros y proyectos, se nos fue. Por hoy. Porque nadie duda que mañana vuelve y se queda para siempre, a través de los proyectos que dejó guardados en la computadora, a través del amor de las suyas y suyos. Jorge vuelve con todo, porque nos dejó su fuerza y alegría. Y acá no se va a rendir ni olvidar nadie.