“La Negra”, como la conocíamos todos y todas, fue una de esas mujeres a las que les debemos su ejemplo de entrega y superación. Aún en las dificultades que le presentaba la hora, puso su cuerpo y corazón al servicio de los vecinos y vecinas de su ciudad por adopción.
Como gran guerrera, dio una inmensa batalla contra una enfermedad que la asedió por años.
Ella, sin saberlo quizás, con su ejemplo de lucha nos estaba enseñando a nunca bajar los brazos. Incluso en los momentos más duros.
Algo que cumpliremos con orgullo.
Le enviamos nuestras más sentidas condolencias a su familia y a su compañero de vida, quienes nos encontrarán hombro a hombro continuando el camino de Laura.
¡Te vamos a extrañar, Negra!