Por Horacio Pietragalla Corti *
Las Madres nos enseñaron que allí las parieron sus hijxs. Y aclaran que nada de eso hubiera sucedido si los genocidas no les hubieran arrebatado un pedazo de su propio cuerpo, si los señores de la muerte no hubieran inaugurado la noche más negra que hemos sufrido.
Ellas saben que son lo que sus hijxs hicieron. Son fortaleza para la lucha, calma para los tiempos difíciles, claridad para ver el camino, generosidad para la compañía. Y son implacables con lo injusto, incansables para imaginar, inclaudicables para perseguir la Patria con que soñaron lxs 30.000.
Hace 43 años que aprendemos de ellas, que las acompañamos en la risa y en las lágrimas, que compartimos los grandes y los pequeños momentos. Hace 43 años que son el faro que nos guía, el espejo en el que nos miramos y el ejemplo que buscamos cuando tenemos alguna duda o temor. En esos momentos, estar a su lado nos devuelve el equilibrio.
Hoy les toca conmemorar un nuevo aniversario en una situación difícil para nuestro país y para el mundo. Sin poder abrazarnos en la plaza que las vio nacer. Y aun así estamos con ellas. En todas las plazas, en las casas, estamos con ellas. Son el modelo de lxs que luchan contra injusticias en cualquier parte del mundo. Las Madres son nuestras y son de todxs. Nos toca ahora, más que nunca, cuidarlas y ayudarlas, resguardar su legado, seguir su camino.
Durante mucho tiempo ellas se enfrentaron casi en soledad al miedo, a la desesperación, a la muerte. Durante mucho tiempo el Estado les dio la espalda. Durante mucho tiempo fueron escuchadas más afuera que adentro. Ya no. Nosotrxs estamos con ellas. Luchamos con ellas. Vivimos con ellas.
*Secretario de Derechos Humanos de la Nación