Universidad

El Progresar es un derecho, no un negocio electoral

Tras la devaluación producida el lunes que ya supera el 30 por ciento, el presidente Mauricio Macri y más tarde el ministro de educación Alejandro Finocchiaro, anunciaron un aumento del 40 por ciento de las becas PROGRESAR.

Este aumento no permite, siquiera, recuperar la pérdida de poder adquisitivo que sufrió la Beca con la inflación del 2018 del 47% y mucho menos la del 2019 que aún las mediciones más generosas con el gobierno estiman en un 50%.

Los anuncios de Macri tienen un carácter marcadamente electoralista, y no logran revertir el proceso de deterioro que el programa PROGRESAR ha sufrido durante su Gobierno.

Tampoco revierte la situación de exclusión sufrida después de los cambios en las condiciones de ingreso de la beca, que redujeron de 1.000.000 a 560.000 la cantidad de estudiantes que perciben este derecho y con los criterios absolutamente restrictivos y meritocráticos que impuso el gobierno para acceder al mismo.

Este anuncio lo hace el mismo gobierno que congeló el monto de la beca mediante la Resolución N °7/2019 del Ministerio de Educación y que retrasó por meses la asignación de la misma a estudiantes que cumplian los requisitos para percibir dicho programa, que redujo el salario de lxs trabajadorxs de la educación universitaria, que ajustó el presupuesto destinado al funcionamiento de las universidades y que eliminó las partidas destinadas a edificar nueva infraestructura para mejorar nuestras condiciones de estudio.

Lxs estudiantes no nos dejamos sobornar. No necesitamos falsos mensajes de “escuchaˮ de parte de un gobierno que no ha hecho más que ajustar y reprimir. Necesitamos que se cumpla con nuestros derechos, que deje de destruirse el presupuesto universitario y los organismos de ciencia y tecnologí­a, necesitamos una universidad pública que sea respetada y territorio de esperanza para todxs.

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Ante el ajuste de Milei, más organización y construcción de nuevos desafíos para defender y mejorar la educación pública.
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Las Universidades Nacionales de la Argentina atraviesan una situación inédita en la historia: el presupuesto no alcanza para hacer frente a los pagos necesarios para mantenerlas abiertas, corriendo el riesgo de que millones de estudiantes se queden sin estudios, mientras que miles de docentes y no docentes están sufriendo un ajuste brutal en sus ingresos y ven peligrar sus fuentes de trabajo, de las que dependen miles de familias argentinas.