Hace 43 años el modelo económico diseñado por el imperialismo para América latina se imponía a sangre y fuego en nuestro país. Los dueños de todo, los saqueadores y fusiladores de la historia volvieron a enseñorearse ese 24 de marzo de 1976. Era necesario diezmar una generación entera para lograr imponer el modelo de economía primarizada, concentrada en las manos de la Patria financiera. Así barrieron con especial atención con las comisiones internas de las fábricas, con los centros de estudiantes, con las organizaciones sociales y religiosas. El saldo lo sabemos: 30.000 detenidos desaparecidos, 10.000 presos políticos, miles de exiliados y cientos de bebes apropiados como botín de guerra para falsearles la identidad y la vida.
Hoy nos gobierna la pata civil de esa dictadura. Ya lo hemos dicho y lo repetimos. Nos gobiernan los que ganaron a costa de la vida de nuestros compañeros. Los que tienen los balances de sus empresas y los galpones de muchas de sus fábricas manchadas de sangre. Contra ellos peleamos todos los días.
Y otra vez, se trata de una acción a nivel continental. La Embajada de los Estados Unidos y sus mandaderos locales como actores principales desplegaron un nuevo plan Condor en la región. Ya nos son los altos mandos militares los que llevan la acción coordinada, son los gobiernos cipayos que lograron imponerse en nuestros países. Contra eso resistimos.
El hambre y la miseria del pueblo necesitan como condición ineludible la represión. La mano dura del Estado gendarme para disciplinar a quienes se les ocurra levantar la voz. Por eso las presas y presos políticos, encarcelados por ser dirigentes de la oposición o por liderar organizaciones sociales o por ser militantes que resistían la reforma laboral que pretendía el gobierno. Contra eso luchamos.
Y a veces no les alcanza con meter a los nuestros en la cárcel. A veces, cuando la realidad los sorprende en su disgusto, nos matan. Somos también la memoria de Santiago y de Rafita. Contra eso nos organizamos.
Este 24 de marzo, al cumplirse 43 años del golpe cívico militar, estaremos nuevamente en las calles de la Patria. Así nos enseñaron nuestros héroes y nuestros mártires. Así nos enseñaron nuestras Madres y Abuelas.
En esas calles donde peleamos, soñamos, nos unimos. Donde lloramos nuestros muertos, donde les rendimos homenaje levantando sus banderas. Donde volveremos a celebrar que construimos una Patria digna para todos y todas. Con Verdad y con memoria. Libre, justa y soberana.