La metodología de la UCA para medir la pobreza es cuestionada porque utiliza una canasta que considera los consumos de los sectores de altos ingresos y además toma las muestras en lugares de alta vulnerabilidad que no son representativos de toda la realidad nacional. Por ello, al igual que el Indec de Todesca que infló los valores para deslegitimar al Gobierno anterior, numerosos expertos consideran que las mediciones de la UCA están sobreestimadas.
Sin perjuicio de lo anterior, si bien los informes de la UCA no son aptos para considerar valores absolutos de la pobreza, sí son útiles para observar la tendencia. Además, para Mauricio Macri y su administración, lo que diga esta universidad privada es palabra santa porque siempre recurrieron a ella. De modo que seguramente reconocerán que han aumentado notablemente la pobreza en poco tiempo.
La UCA sostiene que desde que asumió Macri, la pobreza se incrementó un 3,2% y la indigencia 1,6%. Más allá de las cifras que son motivo de discusión, todos coinciden en que hubo un aumento de la pobreza y en las razones que lo explican.
La devaluación, las medidas recesivas (que han fracasado) tendientes a la baja de precios, la destrucción de puestos de trabajo, la apertura de importaciones que afecta directamente a sectores industriales y a PYMES, y la inflación han provocado un aumento significativo de la pobreza y la indigencia en un lapso tan breve.
En relación al último punto, a pesar del optimismo comunicado por Macri, Dujovne, Peña y Frigerio, la inflación no está controlada. Se conoció que la suba de precios de febrero fue del 2,5%, la más alta desde junio, consecuencia de la suba del combustible, los peajes y las tarifas. Para marzo los pronósticos tampoco son alentadores.
Más allá de la discusión cuantitiva, está claro que este Gobierno quiere imponer un modelo para pocos y sus políticas orientadas a tal fin no paran de expulsar personas del sistema. La única fábrica que crece en este proyecto neoliberal es la fábrica de pobres.
