Este 16 de enero El Salvador se vistió de blanco y reunió a los protagonistas de ese hecho histórico para reafirmar la voluntad de seguir por el camino del diálogo. Una Paz que, para los compañeros y compañeras del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), reconocen como un cese al fuego y no plena aún, por los permanentes ataques de la derecha en detrimento del desarrollo del pueblo salvadoreño.
Hasta que todos y todas las salvadoreñas no encuentren en su tierra un espacio de libertad con justicia social y desarrollo económico, la Paz plena no se habrá alcanzado.
La democracia es una presea valiosa pero no definitoria, la democracia burguesa liberal que ejercitan los pueblos de América, que se reduce a la elección temporal del poder político, nada puede frente al poder económico concentrado y permanente en las manos de los mismos intereses.
La juventud salvadoreña acompañó los actos y reafirmó la continuidad y profundización de legado de los patriotas, hombres y mujeres que dieron su vida por la dignidad. El espíritu del compañero Schafik Handal sobrevoló tanto actos partidarios como actos oficiales.
El desafío recae principalmente en la oposición y en el partido Liberal de ARENA, que insiste en ser la herramienta política de los intereses corporativos transnacionales que hicieron el golpe en Honduras, Paraguay y Brasil, y que hoy persiguen y asedian a los gobiernos populares de Ecuador y Venezuela e intentan proscribir a Lula y a Cristina.
Desde la tierra de Monseñor Romero, beatificado el año pasado por el Papa Francisco, las juventudes de las Provincias Unidas Centroamericanas se levantan nuevamente como hace 200 años para unirse en el camino de Nuestra América 2050.