Más de 280 compañeros y compañeras con responsabilidades en los distritos de la segunda, cuarta, quinta, sexta y séptima sección electoral de la provincia nos encontramos en Tandil para realizar un nuevo plenario militante. Con un objetivo claro: debatir, intercambiar experiencias y proyectar el crecimiento de nuestra organización en cada rincón de la provincia. Frente a la política del odio y la crueldad, la respuesta es más compromiso, más organización y más presencia en el territorio.
Fue un encuentro de la militancia para reafirmar que la construcción en el interior bonaerense es clave para ampliar la representación política y generar una alternativa cercana y concreta para nuestros vecinos y vecinas. Fue el propio Néstor Kirchner, que vino de una comunidad de apenas 30.000 habitantes, quien demostró que conocer las necesidades reales —desde la plaza del barrio hasta la salita de salud— es el primer paso para transformar la realidad y alcanzar grandes utopías.
En ese sentido, el aporte político de Máximo representó el clima político que muchos y muchas sentimos: "Nosotros no podemos reproducir aquellos esquemas y dinámicas que alejaron a los jóvenes, pibes y pibas de la política argentina, de la militancia de las ganas de meterse, de hacerles sentir que tienen que pagar derecho de piso. Hay que acompañarlos, porque el vacío espiritual y material que se atraviesa hoy es mucho más profundo de aquel que había cuando se formó la organización y que terminó sumando miles de pibes y pibas a lo ancho y largo del país", señaló.
Por eso, durante el plenario se destacó la necesidad de construir una Patria más justa, libre y soberana, donde la libertad no sea solo un discurso, sino la capacidad concreta de un pueblo para enfrentar y superar sus dificultades colectivamente. En palabras del compañero: “Tenemos un deseo profundo e inocultable de vivir en una Patria más justa, libre, en los términos que creemos de libertad y sobre todo soberana, desde nuestra identidad cuidando a nuestro pueblo”. Comprender los obstáculos no es resignarse: es convertirlos en un desafío colectivo.
A lo largo del encuentro, se abordaron las problemáticas que atraviesan a los pueblos y ciudades del interior como el acceso a la tierra, el desarrollo urbano, el cuidado de nuestros bienes comunes naturales y se compartieron experiencias sobre cómo romper estigmas y profundizar la representación política local.
"La solución está en dejar atrás el autoestigma y abrazar la autoestima", afirmaron los compañeros, señalando el desafío que enfrentamos quienes militamos en el campo nacional y popular en estos tiempos.
Máximo Kirchner, a la hora del cierre, nos llamó a discutir los problemas concretos que afectan a la vida de nuestra gente, como la pérdida del poder adquisitivo y el deterioro del valor del trabajo. "Todos tenemos que trabajar gobierne quien gobierne, pero ¿por qué tu trabajo vale menos con algunos gobiernos que con otros?", interpeló, dejando en claro que las decisiones políticas impactan directamente en la calidad de vida de los argentinos y las argentinas.
Con la mirada puesta en fortalecer los lazos comunitarios, generar propuestas desde cada distrito y construir un proyecto de nación desde lo local, el plenario dejó en claro que la militancia del interior está dispuesta a hacerse cargo, a construir representación y a generar esperanza.
"Tenemos la responsabilidad no de enunciar la palabra esperanza: hay que generar la esperanza. Y la esperanza la generan las actitudes militantes, la contracción al trabajo para ofrecerle a nuestro pueblo una nueva estatalidad que permita sacar adelante y mejorar esa educación pública, esa salud pública. Somos una organización que está convencida, sabe qué quiere, trata de mejorar y trabaja, pelea y milita por lo que quiere", señaló Máximo.
La jornada en Tandil fue, una vez más, un paso firme para que la militancia siga creciendo, barrio a barrio, pueblo a pueblo, convencida de que es posible volver a poner de pie un proyecto nacional desde la fuerza y el aliento de cada una de nuestras comunidades.