Los acontecimientos de los últimos días en Francia nos invitan a reflexionar sobre la resistencia social a medidas neoliberales que priorizan los intereses y beneficios del sistema financiero. Ya lo dijo en su libro “Economistas contra la democracia” (2004) el francés Jacques Sapir “Vuelven a perorar con idéntica suficiencia”.

El mismo modelo y las mismas recetas que proponen en Argentina Juntos por el Cambio y Milei llevan a Macron a afrontar una crisis social y política de consecuencias desconocidas. La derecha (que nunca es nueva), atrasa e insiste con las mismas recetas económicas que van en desmedro de los derechos de las grandes mayorías y solo cierran con represión.

“El fin de la vida democrática”

Macron decidió recurrir al artículo 49.3 de la Constitución que le permite aprobar una ley sin voto de la Asamblea, ante la falta de apoyos necesarios en el Parlamento. “Los riesgos financieros que hubiese corrido Francia eran demasiado altos”, expresaron desde el gobierno.

El uso del 49.3 desató la reacción en las calles y genera una crisis política y social de consecuencias desconocidas. La primera ministra, Elisabeth Borne, había reconocido que puede convertirse en el “fusible”, el blanco, de esta decisión y podría dimitir; mientras que los sindicatos han advertido que la decisión de Macron supone “el fin de la vida democrática”.

La reforma -entre otras cuestiones- retrasa la edad de jubilación de los 62 años actuales a los 64 y cuenta con una amplísima mayoría de franceses en contra, tras casi dos meses de protestas, un millar de manifestaciones en todo el país y varias jornadas de huelga general.

Cuando el jueves pasado, la primera ministra tomaba la palabra en la Asamblea para anunciar las novedades, diputados y diputadas que se oponen a reforma levantaron  pancartas de “49.3, c’est non” y “democracia” mientras cantaban la Marsellesa, con gritos de “dimisión” y entre abucheos. Luego de que Borne anunciara la decisión del presidente decidieron abandonar el recinto.

Paralelamente, en la Plaza de la Concordia (París) comenzaron a llegar columnas que se concentraron en rechazo a la medida. Marsella, Rennes y Nantes, también fueron escenario de protestas y represión por parte de la Policía francesa. Los sindicatos anticiparon la posibilidad de un paro general para el próximo 23 de marzo.

Según establece el 49.3 al que apela Macron, la reforma previsional se considera aprobada, salvo que se presente alguna moción de censura y ésta salga adelante. Los partidos tienen 24 horas para hacerlo y 48 para votarla: el viernes se presentaron las mociones y si alguna de ellas obtiene 287 votos tumbaría al gabinete y a la impopular medida.

Durante la noche del viernes la policía reprimió en el centro de París e impidió que los manifestantes se mantuvieran de manera permanente en la Plaza de la Concordia; las escenas se repitieron en varias localidades durante toda la jornada. Las protestan no cesan y la violencia por parte de las fuerzas de seguridad tampoco.

Van a volver a hacer lo mismo

Javier Milei presentó el “programa económico motosierra” que incluye las reformas pro-mercado que planea hacer si gana las elecciones en el 2023. Entre las destacadas se encuentra la previsional: “hay que recortar el gasto en jubilaciones y pensiones” e “impulsar el retiro voluntario de empleados públicos para achicar el Estado”, destacó el histriónico diputado.

Larreta ya anticipó que si es elegido presidente llevará adelante una reforma laboral y jubilatoria. Su alter ego macrista, Patricia Bullrich coincide y ha dado muestras claras de que no le tiembla el pulso a la hora de ser fuerte con los débiles: durante el gobierno de la Alianza que terminó en la crisis del 2001 con 39 muertos en las calles exigió la reforma previsional y le quitó el 13% a los jubilados y jubiladas.

Si ganan Bullrich, Macri, Larreta o Milei va a pasar lo mismo que en Francia. Van a volver a hacer lo mismo siempre. Lo hicieron con la Alianza, lo hicieron con el macrismo, y lo volverían a hacer.