El Pacto Histórico superó en más de 8 millones de sufragios a Rodolfo Hernández, posicionando a Gustavo Petro como el primer candidato progresista en triunfar en el primer turno de una elección presidencial colombiana, con amplias chances de consagrarse en el balotaje que se disputará el próximo 19 de junio.

Cabe destacar que en las 57 mesas de votación dispuestas en nuestro país (Buenos Aires, Córdoba y Mendoza), el binomio encabezado por Petro resultó claramente ganador con el 63,62% de los sufragios, en el marco de una participación que superó el 50% del padrón.

Este respaldo, tanto en tierra cafetera como en Argentina, da cuenta de la voluntad de cambio y el hartazgo de un amplio sector de la sociedad colombiana frente a un modelo de país oligárquico y excluyente que a través de la violencia ha obturado históricamente la posibilidad de un cambio político real y que desde principios de los ´90 se ha perpetuado a través del programa neoliberal.

En ese sentido, el neoliberalismo ha sido el gran derrotado en estos comicios expresando la crisis de este sistema que dominó la política colombiana desde inicios del siglo y que durante los últimos años fue retrocediendo a fuerza de movilizaciones populares y derrotas electorales.

En ese marco, desde nuestra organización acompañamos el proceso electoral con una delegación invitada por el Pacto Histórico, quienes acompañaron en distintos encuentros en las ciudades de Bogotá y Medellín. Lamentablemente, el gobierno de Colombia restringió el ingreso al país de varios observadores, tan sólo por haber acompañado las protestas populares del año pasado. Para el neoliberalismo gobernante en Colombia, promover la paz, fomentar el diálogo y la integración regional son delitos. Prueba de ello son los miles de colombianos y colombianas víctimas de la persecución. Una situación que esperamos que en estas elecciones dejen atrás.

Desde los tiempos de Néstor Kirchner como Secretario General de UNASUR, es prioridad para las fuerzas populares de la región acompañar los procesos de paz en Colombia, país signado por la violencia, donde en los últimos años fueron asesinados miles de militantes políticos y líderes sociales.

Por primera vez en 200 años, desde un frente político donde las juventudes y las mujeres tienen un protagonismo nunca antes visto, el pueblo colombiano tiene la posibilidad de tener un gobierno que se parezca a su pueblo.