Comenzaste militando en Diversia, luego estuviste en el sede central de La Cámpora y quedaron muy pocos barrios de la Ciudad de Buenos Aires sin tu presencia militante.
Sacabas fotos en las marchas y era llegar y esperarte para salir en la mejor foto, porque te esmerabas en que fuese la mejor. Y así tu mirada… que no sólo era la sagacidad y el talento detrás de una cámara, era esa mirada empática, que encontraba el dolor e intentaba repararlo con compromiso y mucho amor.
Necesitamos más compañeres como vos, más miradas de amor como la tuya, querido hermano.
Fuiste un ejemplo de superación en la diversidad, de lucha, de entrega, de buen consejero y de gran corazón.
Como militante, hermano , amigo, diste mucho y nos enseñaste a ir por el camino correcto.
Fuiste como un padre, tenías mucho más para dar, compartir y enseñar.
Siempre vas a estar en nuestros corazones.
Tu batalla será recordada por nosotres.
Te vamos a extrañar. Gracias por tanto.
Al cielo asciende otra estrella, que permanecerá encendida por siempre.
Hasta la Victoria siempre.