Este jueves, como todos los jueves desde hace más de 38 años, las Madres de Plaza de Mayo hicieron su ronda a la Pirámide de la Plaza que les da su nombre, en reclamo de justicia y aparición con vida de hijos y nietos robados por la dictadura.
Junto a ellas estuvieron el compañero y Secretario General de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque y la legisladora porteña Paula Penacca y militantes de diversas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos.
En esta nueva ronda de los jueves, la presencia de las Madres y del Cuervo esta vez anuncia la necesidad de encontrarse con el pueblo en la lucha por la memoria, por la verdad y la justicia, una lucha que creímos olvidada de cara a la construcción que por ello desarrollaron Néstor y Cristina. Mientras la década anterior tuvimos la reivindicación histórica y el pedido de perdón en nombre del Estado Nacional por las barbaridades ocurridas durante la última dictadura cívico militar, hoy estamos frente a un gobierno que llegó para llevarse todo puesto. Pero la dignidad del pueblo no se negocia.
Más de 18 mil despidos por persecución ideológica, la represión a la protesta social, el cierre de los programas de derechos humanos, el avasallamiento contra las instituciones, gobernar por decreto con el Congreso cerrado, el fin de los programas destinados al revisionismo histórico, el cierre de protección a víctimas de la última dictadura como de los flagelos sociales más recalcitrantes, es decir, gobernar con la gente afuera, en pos de la ˮ˜administración eficienteˮ™ del Estado. El regreso del más oscuro fantasma del neoliberalismo y la protección mediática de la hegemonía, abogando por los intereses privados de quienes no necesitan.
Esta vez, Hebe afirmó que retomarán el cartel que utilizaban durante el menemismo en las rondas subsiguientes: “La falta de trabajo es un crimenˮ. Y terminó con una poesía que escribió su hija Alejandra:
“Te desafío a que pares mi marcha.
Te desafío a que mientas, mientras te miro a los ojos.
Te desafío sobre esos palos, sobre esas armaduras con mi pañuelo blanco.
¡ ¡Te desafío!!
No toques nunca más a uno de mis hijosˮ¦
Porque ya viste lo que te hice solaˮ¦
Ahora estoy multiplicada. Mi vientre, del dolor dio más vida, más fuerza, más esperanza. Estoy entre la hierba nueva, fresca, con nueva vida, con fresca vida. Más fuerte que nunca.
¡ ¡No toques nunca más a uno de mis hijos!!ˮ
ˮ¦
“ ¡ ¡Te desafiamos, te combatimos estos 30 años y te ganamos!!!ˮ.
