El conjunto de normas que, en medio de represiones y trámites exprés, debatió el Parlamento en los últimos días no pueden analizarse de forma aislada sino que deben ser observadas de manera integral como un verdadero paquete de ajuste. So pretexto de equilibrar las cuentas públicas y reducir el déficit fiscal, se ejecutó un saqueo previsional y un ajuste a la inmensa mayoría de los argentinos para transferirle recursos a las grandes empresas.
En lo que respecta al Presupuesto, contiene proyecciones vinculadas a la inflación, el tipo de cambio y el crecimiento harto discutidas a partir de lo sucedido en estos dos años, la corrida del dólar de estos días y el aumento de tarifas que se viene. A su vez, contiene reducciones en partidas claves para el desarrollo de un país como la ciencia y la tecnología.
Por otro lado, la reforma tributaria implica una transferencia de recursos de los sectores más vulnerables a los sectores más concentrados. El punto que más rechazo genera es la rebaja a las contribuciones patronales. En ese sentido, la senadora Cristina Fernández de Kirchner subrayó que esa decisión implica desfinanciar a la Anses y que no tiene como contrapartida una creación de puestos de trabajo. Indicó que las pequeñas y medianas empresas, más que una baja impositiva, necesitan que las personas tengan poder de compra, algo que no se va a lograr podando jubilaciones y metiendo impuestazos al consumo. Asimismo, recordó que entre 2003 y 2015 no se tocaron las contribuciones patronales, lo cual no fue obstáculo para que la informalidad laboral bajara del 50 al 32,7%.
Por su parte, la senadora Anabel Fernández Sagasti mencionó que estas políticas ya fracasaron en los 90, y que la resignación de $15.900 millones que implica la baja de aportes patronales alcanzaría para solventar por un año 180.000 jubilaciones mínimas.
A su vez, la ex Presidenta explicó que este paquete de ajuste se apoya en la visión aperturista que tiene el Gobierno, que va a contramano del mundo donde cada vez se hacen más fuertes las políticas proteccionistas.
Frente a quienes defienden estas medidas por contar con el respaldo de los gobernadores, Cristina recordó que este pacto fiscal es muy similar al de 1993 que fracasó en todos sus objetivos ya que si las provincias bajan cargas tributarias como ingresos brutos o impuestos al sello se quedan sin recursos. Cuestionó también que desde el Gobierno condicionaran a los gobernadores a firmar a partir de la difusión de una foto entre Ricardo Lorenzetti y María Eugenia Vidal que llevaba implícito el mensaje de que la Corte fallaría a favor de la provincia de Buenos Aires en el reclamo por el fondo del conurbano, perjudicando los recursos coparticipables de los demás distritos. Cabe mencionar que la senadora electa por esa provincia criticó el nulo institucionalismo del Presidente de la Corte por juntarse con una de las partes litigantes sin la presencia de los demás actores.
Este paquete de normas no va a lograr reducir el déficit fiscal porque se está bajando la recaudación del Estado. Por el contrario, tiene como fin cargar sobre los sectores más necesitados el rojo fiscal. Como dijera en la sesión Cristina Fernández de Kirchner, la administración de Mauricio Macri puede tomar este camino ruinoso merced a que recibió un país desendeudado. Y recalcó que estas políticas responden al modelo de sociedad que tiene Cambiemos según el cual debe haber “una sociedad de jerarquías donde los que siempre tuvieron tienen que seguir teniendo y los que nunca tuvieron tienen que seguir pisados porque tal vez crean que este es el modelo de disciplinamiento social para conseguir salarios más bajosˮ.