Las paritarias constituyen una herramienta vital de los trabajadores para discutir libremente en un ámbito institucional con los empresarios las condiciones de trabajo, donde el Estado cumple un rol de veedor que buscar acercar posiciones y es garante de cumplimiento del acuerdo. Por lo general, es durante los gobiernos de facto que se suspenden las paritarias y la aplicación de los convenios colectivos de trabajo, aunque también ocurrió en gobiernos democráticos.

Mauricio Macri está empecinado en implementar un ajuste y una flexibilización laboral. Por eso modificó por decreto la ley de ART con incorporaciones abiertamente inconstitucionales, y si bien todaví­a no se anima a suspender o eliminar las paritarias, busca artilugios para dejarlas sin efecto. De esta forma, su ministro de Trabajo, Jorge Triaca, apela a la no homologación de convenios colectivos que excedan el techo de acuerdos salariales que pretende el Ejecutivo.

El caso reciente es el de los trabajadores bancarios, donde acordaron con todas las cámaras bancarias bonos de entre $7.000 y $8.000, y un aumento del 14 por ciento hasta mayo de 2017 donde se iban a sentar a discutir de nuevo en función de la inflación acumulada. Como iba a superar ampliamente el techo que pretendí­an desde el oficialismo, el Ministerio de Trabajo no homologó el acuerdo.

Ante una presentación judicial del sindicato, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo otorgó una medida cautelar ordenando respetar el acuerdo y exigiéndole al Estado que no interfiera. En dicha resolución sostuvo que la homologación busca asegurarse que los firmantes del convenio sean los legí­timos representantes de los involucrados y que las cláusulas no afecte a la economí­a en general, pero nunca puede depender de consideraciones abstractas o si va en sintoní­a o no con lo que el Ejecutivo pretende. En otras palabras, le advierten a Macri y Triaca que no pueden ponerle un techo a las paritarias.

Este modelo cierra con una parte de los argentinos afuera y quieren legitimarlo con disciplinamiento salarial. Esa es la razón por la que quieren intervenir en las negociaciones salaries e inclinar la balanza a la baja del salario real. Ayer tuvieron el freno de una resolución judicial, pero los  tiempos que vienen requerirán de organización, unidad y firmeza de la clase trabajadora para poder  impedir nuevas embestidas.