Hace justo un año, anticipando un 2016 que sería muy duro para todas y todos los que soñamos una patria más justa, nos dejaba físicamente el compañero Cristian Argañaraz, vecino y militante incansable del Barrio Fátima, uno de los tantos barrios castigados del sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Cristian acostumbraba a ser el primero en llegar a nuestra Unidad Básica y ser el último en irse, renegaba mucho cuando algo no salía bien y corría todo el tiempo para que las cosas estén a horario y que nada hiciera falta. Eso de “la patria es el otro” iba muy en serio para él.
Como a otros grandes compañeros, de esos que dejaban todo en la cancha, a Cristian el alma no le correspondió con el cuerpo, y este último le jugó una mala pasada.
Clarita, su mamá, es una mujer excepcional que siempre nos transmite su fé y forma parte, junto al resto de su familia, de nuestra organización. Todos tienen el corazón gigante y viven con pasión y para los demás. Son de esas personas con las que uno se engrandece por el sólo hecho de estar al lado.
Recordamos a Cristián todos los días al salir a la calle con su espíritu de lucha, renovamos su presencia junto a nosotros en cada acción solidaria y hoy, a un año de su partida, compartimos estas palabras para que quienes no lo conocieron sepan de la enorme persona que fue. Y para aquellos que si tuvieron la suerte de tenerlo en sus vidas puedan recordarlo tal como era: pura entrega.
Te extrañamos Cristian y vamos a seguir poniéndole el pecho en tu honor.
Gracias eternas y hasta la victoria siempre compañero.