Derechos Humanos

Ahora y siempre

Se cumplen 10 años de la desaparición de Julio López. Dí­as antes habí­a dado un testimonio fundamental para que Miguel Etchacolatz fuera condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura cí­vico-militar. En 2014, cuando los jueces de la causa La Cacha leí­an la condena a prisión perpetua, el genocida mostró un papelito con el nombre de López, dando a entender que él habí­a sido responsable del secuestro.

Semejante mensaje mafioso para atemorizar a la sociedad intentó frenar los juicios que se llevaron adelante gracias a la histórica lucha de los organismos de derechos humanos que nunca bajaron los brazos para que Néstor y Cristina tomaran la decisión firme de llevarlos a cabo a pesar de las trabas y resistencias de casi la totalidad del Poder Judicial. No caben dudas de que el secuestro de López tuvo que haber sido realizado por miembros de las fuerzas de seguridad retirados y en actividad que operan desde la oscuridad.

Esas mafias violentas son las mismas que usó el poder económico durante la dictadura para imponer a sangre y fuego un modelo de desindustrialización deliberada  y exclusión social planificada. El mismo modelo económico que hoy está empezando a mostrar el gobierno de Macri. Lo que hace cuarenta años tuvieron que imponer con asesinatos, desapariciones, muertes, persecuciones, y censuras hoy lo intentan aplicar a con las metrallas mediáticas que han logrado engañar momentáneamente a muchos que hoy ya están arrepentidos de haberles hecho caso. Si la familia Macri se hizo millonaria durante la dictadura fue porque eran los que estaban por sobre los militares que hací­an el trabajo sucio. Por eso, hoy Macri impulsa la prisión domiciliaria para Etchecolatz y para aquellos genocidas que le hicieron el favor de matar a 30.000 compañeros para consolidar su poder económico a través de las obras públicas que hizo Franco y después Mauricio.

Como dijo Néstor:

“Vamos a luchar contra esa impunidad que, como ustedes ven, aún sigue existiendo en la oscuridad, porque evidentemente hay procesos de complicidad, porque hay fuerzas que siguen actuando corporativamente de alguna manera a espaldas nuestras, y tenemos que dejar estas cosas en claro para que los argentinos nunca más estemos amenazados por este tipo de actitudes. Que cada uno pueda decir lo que tenga que decir, en el lugar que corresponda, con absoluta tranquilidad, donde consolidemos una democracia plural, amplia, con consenso, donde el miedo desaparezca definitivamente. Es nuestro compromiso a fondo, no nos van a hacer bajar los brazos. Si las Abuelas y las Madres nunca bajaron los brazos, nosotros, con la fortaleza moral y espiritual que nos dan, no tengan ninguna duda que junto a ustedes y junto a todos los argentinos tenemos que esclarecer este tema, cueste lo que nos cueste, lleve el tiempo que nos lleve. No nos vamos a cansar nunca de la búsqueda de la verdadˮ.

Ahora, hoy y siempre.

Portada
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Ambiente
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