Opinión

Persiguiendo sueños, florecieron 40 mil voces

Diversas orientaciones y corrientes confluyen en este proyecto. A cada uno le corresponderá la cuota de protagonismo que haya sabido edificar.

Carlos López (*)

El pedido de Néstor Kirchner en el 2009, “que florezcan 1000 flores”, se ha hecho realidad de manera superlativa. El compañero tení­a en claro que sólo era posible avanzar con una fuerza consolidada si se transitaba en el camino de la unidad, este fue el principal desafí­o que tuvieron en el acto del Luna Park del 14 de setiembre de 2010 aquellos compañeros que emergieron como la conducción de La Cámpora, que consistió en dejar todos las siglas que los identificaban como grupos para ir construyendo esta herramienta militante capaz de sostener en alto las banderas históricas del peronismo, y las nuevas que incorporó el kirchnerismo.

Es bueno resaltar el discurso del compañero Andrés “El cuervo” Larroque en el acto de Luna Park de hace unas semanas bajo el lema de Patria o buitres. Desarrolló varios conceptos, que resumí­a en cuatro ejes, primero el de la conducción, segundo el de la fuerza polí­tica, tercero   los contenidos del proyecto polí­tico y por último, y una vez que se hubieran abordado los tres anteriores, la estrategia electoral, que será para el próximo año. Sobre el primero, es bueno remarcar lo obvio, la conducción de este proyecto se encarna y se hace realidad en la persona   de Cristina Fernández de Kirchner, con el legado de Néstor, y la memoria de todos aquellos patriotas de distinto signo y situación que desde el fondo de la historia apuntalan la construcción de nuestra patria. Sobre la fuerza polí­tica, el Cuervo comenzó su discurso parafraseando al General Perón y deslizó: “Saludar también a todas las fuerzas presentes: los hay peronistas, los hay radicales, los hay socialistas, los hay comunistas, los hay sindicalistas pero como decí­a el general Perón lo importante es que son todos kirchneristas.”   Estamos convencidos de las diversas corrientes y orientaciones que confluyen en este proyecto. A cada uno le corresponderá la cuota de protagonismo que haya sabido edificar. Eso sí­, sin bajezas, oportunismos o desviaciones que sólo sirven para acumular poder en nuestros adversarios. Nuestro proyecto se basa en las tres banderas históricas del peronismo, una patria justa, libre y soberana, pero también incorpora la inclusión social y el desarrollo como elementos destacada de esta década ganada por y para las causas populares. Y es bueno recordar aquí­ los ejes que plantea nuestra presidenta cuando habla de los desafí­os de este siglo 21, alimentos, energí­a y desarrollo cientí­fico tecnológico como metas para que el paí­s crezca de manera estable y equilibrada. Por último, lo electoral será motivo de expresión en 2015, no antes, por lo menos para los que pretenden ser candidatos del Frente para la Victoria, como dice el refrán gauchesco: “No por mucho madrugar se amanece más temprano.”

Con este caudal llegamos al acto en el estadio Diego Armando Maradona del Club Argentinos Juniors con la consigna de Irreversible. ¿Qué es irreversible? Muchos de los derechos adquiridos lo son, es difí­cil imaginar que la sociedad acepte degradaciones como en los 90. Pero además es irreversible esta fuerza que crece, y genera en el pueblo confianza y expectativa. Si bien expresó Máximo Kirchner: “En la polí­tica, he llegado a una conclusión no hay apellidos milagrosos, hay proyectos polí­ticos que son proyectos de vida que tienen que ser un proyecto de paí­s que deje definitivamente el ostracismo al que nos sometieron durante años mirando con la nuca al pueblo.” Sin embargo muchas veces resulta imprescindible que ese proyecto polí­tico se corporice, tenga presencia viva, y eso es lo que él mismo ha hecho, se ha lanzado a caminarˮ¦   Fue una prueba de fuego que Máximo cumplió de manera sólida y contundente. Es el mejor fruto del kirchnerismo.

Vale aquí­ recordar el concepto de nuestra presidenta:   “Yo creo que el kirchnerismo es algo más que una persona, sino serí­a muy fácil, esta es la diferencia con otros espacios polí­ticos que lideraron el peronismo, que eran una persona y cuando esa persona perdí­a vigencia o realizaba una mala gestión, no, no… El kirchnerismo es algo más que una persona, es una construcción polí­tica muy fuerte que abreva fundamentalmente en el peronismo pero que también incorpora sectores que no lo son ni lo van a ser, pero se sienten identificados con un modelo y una cosmovisión del paí­s, se sienten identificados con lo que dije en Naciones Unidas. El Kirchnerismo es un Kirchner que se para en la cumbre de las Américas, en 2005, y le dice a George Bush No al Alca. No es una persona, sino hubiera sido Néstor o yo. El Kirchnerismo es un modelo de construcción que ha generado una década de logros impensables”. (Cristina Fernández de Kirchner).

Esta construcción del kirchnerismo pasa por profundizar convicciones y principios, un ejemplo, decí­a el Che Guevara que de un hombre honesto podí­a surgir un revolucionario, de un deshonesto nunca. La honestidad, la templanza, la humildad, el trabajar en equipo, el escuchar a todos y otros conceptos son necesarios para ahondar su comprensión y hacerlos carne en nosotros, si es que queremos que el pueblo se empodere y defienda todas las conquistas obtenidas y no se pierdan por algún infortunio electoral.

Nuestros militantes deben ser compañeros conscientes y convencidos de la lucha polí­tica que se tiene que desarrollar, capacitados técnicamente para llevarla adelante. La capacitación polí­tica, los aspectos imprescindibles para poder calibrar correctamente una situación determinada: informativos, históricos, doctrinarios. Un cuadro militante será aquel que reúne en su persona: primero, la capacitación polí­tica que le habilite para comprender y a la vez enseñar cuál es la situación del momento y sus soluciones; segundo, que entregue todas sus posibilidades al desarrollo de la acción polí­tica expresando así­ su férrea voluntad de profundizar el cambio; y finalmente, la capacitación técnica y la experiencia producto de la acción que deberá llevar a cabo para consolidar el proyecto.

El logro de transformar un paí­s está dado por el grado de involucramiento que pueda desarrollar el pueblo.   La clave de poder consolidar un proceso transformador es aumentar la base en la toma de decisiones. Cuantos más compañeros estén involucrados en esa toma de decisión más probable será llegar a las metas impuestas. Practicar la democracia para la toma de decisiones en el seno de nuestras organizaciones polí­ticas no está reñido con la afirmación de un liderazgo, que por otro lado resulta necesario para proyectar la propia polí­tica a nivel popular. Pero tiene que ver con la convicción profunda acerca de que sólo el trabajo y la lucha colectivos pueden ser artí­fices de los cambios por realizar. Que no existe el héroe individual (excepto en las hazañas que se relatan en las pelí­culas norteamericanas)   y que “el único héroe verdadero es el héroe colectivo”.   Al decir de Héctor Oesterheld en la introducción a El Eternauta, “el héroe en grupo”. La clave del éxito de nuestro proyecto depende más de la preparación que de la suerte, más del esfuerzo que de la improvisación. Debemos   estar dispuestos, también, para lo inesperado o lo no deseado. Debemos adaptarnos a cada etapa histórica porque su aplicación debe ser analizada en forma concreta y no en forma abstracta. Para ello hace falta analizar la estrategia. Esta incluye una adecuada percepción de la realidad y un planteamiento del futuro deseable que es, a la vez, exigente y posible. La noción de estrategia conjuga lo real, presente, imaginario, deseable; permite ordenar ideas para que nuestra conducción ponga en práctica la capacidad de transformación de la realidad como base para cumplir los objetivos del proyecto: generar valor, lograr continuidad o permanencia, satisfacer las   necesidades   sociales y propiciar el crecimiento de nuestro paí­s.

Nuestra clave es seguir construyendo este proyecto, que emergió a la gran mayorí­a de los argentinos el 25 de mayo de 2003, que viene desde el fondo de la historia, de aquellos momentos en los cuales el movimiento nacional y popular pudo expresarse.

Como finalizara Máximo Kirchner: “Les quiero agradecer, sin ustedes hoy no hubiera sido posible. No se hubiera podido hacer. No hay hombres ni mujeres providenciales. Veo tarotistas en la tele y un montón de cosas, pero no, no pasa nada. Tengan fe, tengan ganas, no caigamos en las provocaciones, háganlo con amor, con alegrí­a, con convicción. Den la discusión, den el debate que haya que dar adentro, demos el debate que hay que dar con la sociedad y de una buena vez por todas pongamos en marcha nuevamente esta caminata eterna que es perseguir sueños, así­ parezcan imposibles hay que perseguirlos.”

Persiguiendo estos sueños han florecido 40 mil voces

(*) Militante nacional y popular. Publicado en Tiempo Argentino.

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