Patria Grande

Malvinas: 181 años de colonialismo

Hace varios años que la causa por la recuperación de soberaní­a sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y los Espaciosmalvinas Marí­timos Circundantes, dejó de ser una causa puramente argentina, para reconfigurarse como una causa Latinoamericana.

El pasado 3 de Enero se recordó la usurpación de dicho territorio. 181 años de colonialismo británico.

Desde hace 10 años   “la causa Malvinasˮ se ha reposicionado en diferentes espacios de diálogo internacional, donde Argentina, América Latina y el mundo, incluyendo al pueblo británico,   solicita la apertura al diálogo, en pos de revertir uno de los principales enclaves coloniales y atemporal imperialismo en este siglo XXI.

El paso de Néstor en la presidencia argentina dejó una huella en nuestra sensibilidad. El incansable esfuerzo por hacer oí­r la voz del pueblo latinoamericano sumó esta causa como propia, porque justamente de eso se trata.

Sin adentrar en las particularidades de la histórica lucha latinoamericana por la identidad y la independencia frente al hambre imperialista de las grandes potencias, la soberaní­a de las “Islas Malvinasˮ es otro rasgo más de la lucha por la recuperación de la libertad de la Nación Suramericana.

No es cuestión de reconocer la potestad únicamente por la ubicación geográfica dentro del espacio marí­timo argentino, al menos.

El reclamo por la soberaní­a implica además el respeto internacional a los tratados de igual í­ndole, donde la violación de territorio conllevarí­a a una intervención mundial para hacer valer la integridad del territorio y del pueblo de una Nación. Este punto también es ignorado una y otra vez por la Gran Bretaña colonialista. Año tras año, el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas refuerza y destaca la resolución de las Naciones Unidas, de resolver los conflictos por ví­a diplomática y pací­fica. Léase: diálogo. Focalizando en cada mención a la causa aquí­ comentada. La predisposición al diálogo de parte de Argentina se expresa en cada intervención internacional de la Presidenta Cristina. En cada organismo, en cada conferencia, en la ONU, en el G-20, en UNASUR, en MERCOSUR y en la CELAC. Incansables intentos y refuerzos sobre las ví­as diplomáticas para obtener el diálogo a diferencia de Gran Bretaña   que no solo contradice el mandato de la ONU e ignora sus resoluciones, sino que, militariza el Atlántico Sur, poniendo en riesgo ya no solo el territorio argentino, sino el de Suramérica toda.

El reclamo por la soberaní­a de las Islas es además la protección a nuestros recursos naturales. Hábil es y ha sido el imperio a plantear la discusión sobre los ciudadanos ingleses implantados ocultando la extracción indiscriminada de nuestros recursos en el Atlántico Sur.   Hábil es el imperio al distraer la atención a los submarinos nucleares mientras se instalan plataformas de extracción de petróleo o mientras disputan las rutas satelitales que controlan y relevan el espectro comunicacional y geopolí­tico de Sur.

El reclamo por la soberaní­a de las Islas implica también el reclamo por la dignidad de un pueblo que enfrenta al mundo imperial sin miedo, con la convicción de la igualdad como bandera, y con la certeza que la herramienta es la polí­tica. Porque se nos enseñó y porque se nos demostró en un sinfí­n de ocasiones. Porque no existe un cambio si no es un cambio de pensamiento que ubique a las prioridades donde corresponde.

A 181 años de la usurpación de nuestras tierras, Argentina sigue parándose ante el mundo demostrando la valentí­a e integridad del patriota. Con el respaldo de todos los paí­ses y pueblos latinoamericanos y caribeños que entienden que el colonialismo en este tiempo, y en este territorio, es una amenaza latente, que conlleva una peligrosidad de volver atrás tantos años de construcción y consolidación de conciencia e identidad polí­tica.

“El colonialismo visible te mutila sin disimulo…el colonialismo invisible, en cambio, te convence de que la servidumbre es tu destino y la impotencia tu naturaleza: te convence de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser”. (Eduardo Galeano)

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