Su nombre es Mariano Obarrio y tal vez lo recuerden de conferencias de prensa como esta, en la que discutió a los gritos con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, luego de haber publicado que el Gobierno mantendría presidentes de mesa “cuestionadosˮ (cuando es la justicia electoral de cada provincia la que los designa: pequeño detalle que no sirvió para parar el portazo que dio el periodista que cubre la Casa Rosada para La Nación, durante aquella memorable conferencia de prensa).
Dice ahora, Obarrio, que desde enero hasta hoy, el gobierno de Cristina Kirchner aumentó más de 650 millones de pesos el gasto público en contratos de personal (un aumento del 20%). La noticia puede sonar positiva (salvo para la nostalgia estadofóbica de algunos) así que había que agregarle algún condimento y un buen título siempre salva las papas: “De la mano de La Cámpora, aumenta el empleo estatalˮ. Si dividimos el título en sujeto y predicado tenemos que:
a ˮ“ aumenta el empleo estatal;
b ˮ“ lo hace de la mano de La Cámpora.
Siendo que a) ya está chequeado, vía las planillas de ejecución del Presupuesto, corresponde ahora al periodista chequear la segunda parte: “de la mano de La Cámporaˮ. Quizás porque cuando tuvo que chequear quién designa las autoridades de mesa llamó a un ministro y luego publicó lo contrario a lo que el ministro le había respondido, esta vez Obarrio no obtuvo respuesta, dice él, “de los voceros del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y del ministro de Economía, Amado Boudouˮ. Entonces buscó por otras fuentes hasta dar con la información: “fuentes gremiales, personal de planta permanente y funcionarios oficialesˮ le confirmaron que “la mayoría de los nuevos contratos están relacionados con la corriente juvenil La Cámporaˮ. Ahora sí, resulta inapelable que Obarrio cuenta con la certeza, a través de los planta permanente, las fuentes gremiales y funcionarios oficiales que habrían visto que de los 7000 incorporados, la mayoría (es decir, 3.501, por lo menos) pertenecen a La Cámpora.
Uno podría, maliciosamente, preguntarse por cuántas fuentes gremiales, funcionarios oficiales y plantas permanentes habrá consultado Obarrio para dar con el diagnóstico de que al menos 3.501 nuevos ingresantes al Estado pertenecen a la agrupación La Cámpora. Hagamos mejor una pregunta que Obarrio sí contesta: ¿cómo se habrán dado cuenta, esas fuentes, de que los ingresantes pertenecían a La Cámpora? La respuesta de Obarrio es que se ven en organismos estatales “en forma cotidiana, centenares de noveles funcionarios que visten de manera informal, con mochilas, a la usanza universitariaˮ. Atención, joven argentino: si usted porta mochila y carece de corbata en su atuendo, no se acerque a Mariano Obarrio, o podría ser confundido inmediatamente con un joven camporista que, horror, trabaja en el Estado.
epigrafe de foto: Joven camporista contratado por el Estado, vistiendo informal y de mochila.