Patria Grande

Golpe a la democracia popular

La mayorí­a del Senado brasileño encubrió con mentiras y fraude el golpe institucional gestado en contra de la presidenta Dilma Rousseff y los 54 millones de brasileños que la eligieron en las pasadas elecciones.

Un golpe que empezó a organizarse desde diciembre del año pasado y que incluye la vergonzosa sesión en la Cámara de diputados brasileña, donde los alegatos para destituir a Dilma lindaron el absurdo, tiene como único objetivo detener fácticamente un proyecto polí­tico que le permitió a Brasil dar un salto en su crecimiento productivo con inclusión social, defender los recursos naturales, generación de empleo, combate a la pobreza con la salida de la miseria de mas de 35 millones de habitantes brasileños que viví­an en condiciones inhumanas.

El poder económico nuevamente, por mecanismos antidemocráticos vuelve a torcer la voluntad popular, esta vez sin la necesidad de utilizar a las fuerzas armadas, pero con el mismo objetivo, dar fin a los gobiernos populares y democráticos que desde hace mas de 12 años vienen ampliando los derechos y generando mayor inclusión en la población.

No es casual que una de las primeras medidas del gobierno golpista en Brasil fuera buscar la privatización de Petrobras para darle ingreso a Shell a los yacimientos encontrados en mar brasileño.

Sin embargo el golpe en Brasil no se puede disociar del golpe en Paraguay hace 4 años, con la misma mecánica y como primer ensayo, un grupo de parlamentarios movilizados por los centros económicos, destituyeron al Presidente Lugo, faltando poco menos de un año para que finalizara su mandato.

Ayer, simultáneamente mientas transcurrí­an las mas de 48 horas que demoró a los 61 senadores brasileños fundamentar el Golpe, y acusar a Dilma de corrupta, aunque la Justicia haya dicho lo contrario, y donde la mayorí­a de esos senadores si tienen denuncias firmes de corrupción, el Instituto Lula y el Instituto Patria, eran denunciados por los mismos supuestos hechos de irregularidad administrativa.

El Golpe es contra Dilma y el pueblo brasileño, pero no se detiene en Dilma ni en Brasil. En Argentina el modelo de exclusión social, destrucción productiva y represión polí­tica solo pudo haber sido instalado luego de un arsenal de mentiras mediáticas en contra del Proyecto y su conductora. Mismo mecanismo que fue utilizado para evitar la reforma constitucional en Bolivia donde las calumnias y mentiras alrededor del presidente Evo Morales Ayma, llegaron al punto de inventarle un hijo y su supuesta negación al mismo, todo se probó mentira una vez que el referéndum habí­a sido negativo.

Mañana sin mayor difusión mediática, la oposición mas extrema y radical de Venezuela, ha llamado a “tomar Caracasˮ, y tener por la fuerza el gobierno popular de Nicolás Maduro. Todo en la misma semana y con los mismos objetivos, detener los gobiernos democráticos y populares, denostar y difamar a los lí­deres que han protagonizado el mayor avance en las conquistas sociales de los últimos 50 años. Y al mismo tiempo orquestar un golpe al corazón del Mercosur, impidiendo que Venezuela asuma su presidencia como corresponde.

Lo ocurrido en Brasil es otra expresión mas del avance de la derecha en la disputa de los Estados vs las Corporaciones. Cada vez es mas imperativa la organización continental para hacer frente al avance de la derecha y su voracidad depredadora. Defender los derechos conquistados y las instituciones que los Patriotas junto a los pueblos hemos construido, Unasur, Celac, Mercosur.

Repudiamos el golpe de Estado en Brasil y el avance antidemocrático en toda la región.

 

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Ante el ajuste de Milei, más organización y construcción de nuevos desafíos para defender y mejorar la educación pública.
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Las Universidades Nacionales de la Argentina atraviesan una situación inédita en la historia: el presupuesto no alcanza para hacer frente a los pagos necesarios para mantenerlas abiertas, corriendo el riesgo de que millones de estudiantes se queden sin estudios, mientras que miles de docentes y no docentes están sufriendo un ajuste brutal en sus ingresos y ven peligrar sus fuentes de trabajo, de las que dependen miles de familias argentinas.