Polí­tica

Tecnópolis: Un proyecto de paí­s

Desde su inauguración en 2011 hasta la culminación el segundo mandato de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Tecnópolis fue pensada como una polí­tica pública integral del Estado argentino.

Combinó dos aspectos centrales. Por un lado, una megamuestra de ciencia, tecnologí­a, arte y educación, que incorporó a las más diversas áreas estratégicas del desarrollo cientí­fico y tecnológico, de la generación de conocimiento y de la producción. Involucró a los diferentes organismos descentralizados del sistema nacional de Ciencia y Tecnologí­a, actores productivos e industriales. Didáctica, interactiva, original, creativa y atractiva, se convirtió en una herramienta de aprendizaje, de educación, de divulgación cientí­fica, para contarnos los últimos avances del conocimiento y los más complejos desarrollos cientí­ficos y tecnológicos estratégicos para el desarrollo nacional.

Por otro lado, Tecnópolis, se concibió como proyecto de inclusión social. El acceso a la educación y al conocimiento es un derecho, y así­ lo entendió el Estado impulsando activamente la participación de todos los sectores sociales, como un factor igualador. Fue además una herramienta para lograr que diversas polí­ticas públicas, implementadas desde los diferentes Ministerios, lleguen a la gente y vuelvan a cada barrio hecho realidad. Tecnópolis fue esencialmente federal: desde todos los rincones de la Argentina la conocieron, porque la Patria es una sola, y el desarrollo es de todos o no es de nadie. De esta manera Tecnópolis logró representar un proyecto de paí­s; un proyecto de desarrollo cientí­fico, tecnológico e industrial, sobre los pilares de la integración, la inclusión social y la equidad.

El formato de la nueva edición de Tecnópolis responde al modelo polí­tico y económico del nuevo gobierno, a un proyecto polí­tico neoliberal de subdesarrollo y dependencia, y también, al de un Ministerio de Ciencia compatible con ese proyecto. Vaciada de contenido estratégico y del rol de la ciencia y la tecnologí­a como motor del desarrollo, envuelta en un discurso falaz de apolí­tica, y adornada con un velo de “modernización y nuevas tecnologí­asˮ, volvió. Pero de ser la cifra de un proyecto polí­tico de paí­s comprometido con el desarrollo nacional, inclusivo y soberano, Tecnópolis se convirtió, bajo la órbita del nuevo gobierno, en un mero entretenimiento.

Al menos podemos afirmar que no pudieron con Tecnópolis, será siempre una “incomodidadˮ para los dirigentes que no incluyan en el proyecto de gobierno, la continuidad de proyectos cientí­ficos y tecnológicos estratégicos que se enmarquen en un proyecto polí­tico de industrialización, generación de empleo, desarrollo, soberaní­a nacional e inclusión social. Todo eso fue, es y será Tecnópolis, un proyecto polí­tico de paí­s.

Ambiente
El 22 de abril de 1970 es el Día Internacional de la Tierra gracias a una masiva movilización de estudiantes de todos los niveles educativos y organizaciones de la sociedad civil estadounidense que convocaron a más de 20 millones de personas con un mensaje de conciencia y preocupación sobre el ambiente ante el legado del desarrollo industrial sobre la calidad de vida.
Portada
Anoche, el Ministerio de Capital Humano anunció que habían “acordado” con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) un aumento del 140% en la partida de gastos en funcionamiento de las universidades y la duplicación del gasto destinado a hospitales universitarios. Esto sirvió como palanca para que, desde las instituciones y sus tuiteros y medios afines, comenzaran a instalar que recompusieron el presupuesto universitario.