Acostumbrados a frases del Presidente de la República que suscitan escozor e indignación, el Bicentenario de la Independencia fue un nuevo escenario para que millones de argentinos sintieran vergí¼enza ajena. El derecho a la soberanía y a la autodeterminación de nuestro pueblo es algo que genera orgullo y felicidad, porque sólo pueden ser felices aquellos que son libres. Oír al representante de los argentinos interpelar directamente al Rey de España para aseverar que los líderes de la independencia debieron sentir angustia cuando se apartaron de ese país europeo, es un insulto a la Argentina.
Es muy difícil conocer qué entiende por angustia el Jefe de Estado. Pero si comprende que angustia significa congoja, un estado de dolor o sufrimiento, debería saber que en estos tiempos lo que genera angustia son sus políticas económicas que provocan pobreza. Angustia sienten aquellos que recibieron aumentos siderales en la luz, el gas y el agua, y tuvieron que resignar calidad de vida para afrontar esos gastos; sin mencionar los que literalmente no pueden pagarlos. Angustia sienten los miles de despedidos del sector público y el sector privado que ya no pueden comprar el alimento para su familia. Angustia sienten los que tienen comedores y merenderos al ver que a diario aumenta exponencialmente la cantidad de personas que van porque ya no tienen para comer. Angustia sienten los trabajadores de prensa cuando desde el Gobierno se le llama usurpadores a quienes defienden sus fuentes laborales y la pluralidad de voces. Angustia sienten los cientos de trabajadores que han jerarquizado a la Aerolíneas Argentinas estatal y a YPF cuando un Ministro le pide disculpas a Marsans y Repsol por haber repudiado su vaciamiento y su estafa. Angustia siente la clase obrera cuando se los responsabiliza por la crisis que los gerentes gobernantes han puesto en marcha. Angustia siente el universo estudiantil cuando observa cómo se desmantelan programas educativos que mejoraban su formación. Angustia sienten los organismos de Derechos Humanos cuando el Ejecutivo invita a desfiles institucionales a defensores de genocidas y golpistas que se alzaron contra la democracia.
Cuando se pone en marcha una persecución sin precedentes a quienes piensan distinto al oficialismo, cuando se asfixia económicamente a buena parte de la sociedad, cuando la policía reprime y custodia a patotas, y cuando desde el Gobierno se ofende la inteligencia de la ciudadanía responsabilizándola por los tarifazos y el ajuste, se es cada vez menos libre. Lo que genera angustia es la pérdida de libertad producto de las políticas de Mauricio Macri y los ceos actuando de ministros.