Polí­tica

Angustia es el ajuste

Mauricio Macri sostuvo que los lí­deres de la independencia debieron sentir angustia cuando decidieron separarse de España. No fue una frase desafortunada, fue el reflejo de una visión ideológica según la cual Argentina debe subordinarse ante potencias opresoras.

Acostumbrados a frases del Presidente de la República que suscitan escozor e indignación, el Bicentenario de la Independencia fue un nuevo escenario para que millones de argentinos sintieran vergí¼enza ajena. El derecho a la soberaní­a y a la autodeterminación de nuestro pueblo es algo que genera orgullo y felicidad, porque sólo pueden ser felices aquellos que son libres. Oí­r al representante de los argentinos interpelar directamente al Rey de España para aseverar que los lí­deres de la independencia debieron sentir angustia cuando se apartaron de ese paí­s europeo, es un insulto a la Argentina.

Es muy difí­cil conocer qué entiende por angustia el Jefe de Estado. Pero si comprende que angustia significa congoja, un estado de dolor o sufrimiento, deberí­a saber que en estos tiempos lo que genera angustia son sus polí­ticas económicas que provocan pobreza. Angustia sienten aquellos que recibieron aumentos siderales en la luz, el gas y el agua, y tuvieron que resignar calidad de vida para afrontar esos gastos; sin mencionar los que literalmente no pueden pagarlos. Angustia sienten los miles de despedidos del sector público y el sector privado que ya no pueden comprar el alimento para su familia. Angustia sienten los que tienen comedores y merenderos al ver que a diario aumenta exponencialmente la cantidad de personas que van porque ya no tienen para comer. Angustia sienten los trabajadores de prensa cuando desde el Gobierno se le llama usurpadores a quienes defienden sus fuentes laborales y la pluralidad de voces. Angustia sienten los cientos de trabajadores que han jerarquizado a la Aerolí­neas Argentinas estatal y a YPF cuando un Ministro le pide disculpas a Marsans y Repsol por haber repudiado su vaciamiento y su estafa. Angustia siente la clase obrera cuando se los responsabiliza por la crisis que los gerentes gobernantes han puesto en marcha. Angustia siente el universo estudiantil cuando observa cómo se desmantelan programas educativos que mejoraban su formación. Angustia sienten los organismos de Derechos Humanos cuando el Ejecutivo invita a desfiles institucionales a defensores de genocidas y golpistas que se alzaron contra la democracia.

Cuando se pone en marcha una persecución sin precedentes a quienes piensan distinto al oficialismo, cuando se asfixia económicamente a buena parte de la sociedad, cuando la policí­a reprime y custodia a patotas, y cuando desde el Gobierno se ofende la inteligencia de la ciudadaní­a responsabilizándola por los tarifazos y el ajuste, se es cada vez menos libre. Lo que genera angustia es la pérdida de libertad producto de las polí­ticas de Mauricio Macri y los ceos actuando de ministros.

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Ante el ajuste de Milei, más organización y construcción de nuevos desafíos para defender y mejorar la educación pública.
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Las Universidades Nacionales de la Argentina atraviesan una situación inédita en la historia: el presupuesto no alcanza para hacer frente a los pagos necesarios para mantenerlas abiertas, corriendo el riesgo de que millones de estudiantes se queden sin estudios, mientras que miles de docentes y no docentes están sufriendo un ajuste brutal en sus ingresos y ven peligrar sus fuentes de trabajo, de las que dependen miles de familias argentinas.