Milei nos quiere convertir en una república bananera, acostada sobre el colchón de dólares de la deuda externa, mientras saquean y reprimen a quien se oponga. No es la patria que soñaron Moreno, Castelli y Belgrano, ni la que defendió San Martin. No nos resignamos ante semejante claudicación. El horizonte de una Argentina grande y un pueblo feliz permanece más vigente que nunca.