Editorial

Le ponemos el pecho

La Plata (119)La noticia del dí­a: el diputado Larroque maltrató al periodista de la TV Pública Juan Miceli.

La operación es así­: primero decir que, mientras se inunda la ciudad de Buenos Aires, gobernada por MACRI, La Cámpora no está en ningún lado, tal como “denunciaronˮ los periodistas independientes Jorge Rial y Luis Novaresio.

Luego, cuando en nuestra web empezaron a salir notas sobre el laburo de los compañeros en la ciudad, la lavada de cara a Macri pegándole a La Cámpora se esfumó.

Silencio de radio sobre La Cámpora hasta que algunos canales de TV se instalaron en la puerta de la Facultad de Periodismo de la Plata, donde se montó el centro operativo de Unidos y Organizados.  Aquí­ se recibió, organizó, clasificó y se llevó a los barrios afectados las donaciones que llegaron de diferentes puntos del paí­s.

Es decir, se canalizó en un centro logí­stico la solidaridad del pueblo y de esa manera se la hizo llegar al pueblo damnificado. El pueblo ayudando al pueblo en conjunto con las organizaciones populares. ¿Lógica pura, no? Salvo para algunos que creen que las donaciones podrí­an ser organizadas y trasladadas hasta los barrios de forma automática.

También funcionaron centros de logí­stica en la Catedral y en un club de barrio Tolosa. ¿Acaso la Iglesia aprovechó esta desgracia para posicionarse en la  sociedad?. No. Es un lugar que conocen todos y tiene la logí­stica para que desde cada parroquia pueda llegar material hacia su sede central, o sea, la Catedral.

¿El club de Tolosa busca quedar bien con los vecinos?. No. Es el centro de referencia del barrio que por suerte no fue afectado por el agua y desde allí­ se puede canalizar la ayuda.

¿Hacemos “ polí­ticaˮ ˮ“ en el mal utilizado término liberal conservador del término – usando la pechera de La Cámpora?. No. Hacemos polí­tica siempre. Con inundaciones, con sol, con frí­o, con calor, de dí­a, de noche. A veces con pechera, a veces con remera, a veces en cuero, o con campera. Con botas, descalzos, en zapatillas.

Lo que no entienden ˮ“ o quieran que no se entienda ˮ“ es que la inmensa mayorí­a del laburo de La Cámpora no se ve en términos mediáticos. Nuestro monopolio comunicacional es la página, los Facebook, algo de Twitter. El fuerte comunicacional está en los barrios, el cara a cara con los vecinos.

Las pecheras son de La Cámpora porque somos de La Cámpora, porque si fuésemos de la  Sociedad  Rural  dirí­an  Sociedad  Rural    – que por cierto no utilizó su poder económico ni logí­stico para brindar una mano ˮ“

Volviendo al tema. Las pecheras sirven para que cuando llegamos a los barrios la gente nos reconozca y no para “captar votosˮ como puede entender Miceli o algún desprevenido. Hay algunos que todaví­a piensan que el pueblo es idiota. Siguen pensando que un vecino te va a dar su voto porque un dí­a aparece un pibito con la pechera de La Cámpora.

Es mucho más   complejo. Hay un Estado presente, una economí­a que camina, un proyecto inclusivo y eso se nota en las urnas. En el 55% de votos que apoyó a Cristina en octubre del 2011 puede estar la pista, si quieren alguna guí­a.

La militancia es la organización popular con convicciones, con voluntad y sobre todo, con un profundo amor y respeto por el  prójimo. Seamos libres.

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