A pesar que en Colombia el voto no es obligatorio, la elección del domingo tuvo una participación récord, donde votó más del 58% del padrón electoral. El aumento de la participación fue un factor decisivo para lograr la victoria del petrismo que se impuso en las regiones periféricas del país y en cuatro de las cinco principales ciudades del país, siendo Bogotá el principal bastión. En cambio, Hernández  ganó en el interior conservador.

En Argentina, desde nuestra organización acompañamos el proceso electoral colombiano, donde se registró una participación del 48.54% del padrón (7.767 votantes) y el Pacto Histórico arrasó con un 72.5% sobre un 25.8% del ex alcalde de Bucaramanga.

La histórica victoria fue posible, por un lado, como consecuencia de la conformación de una amplia coalición en la que el Pacto sumó a dirigentes liberales, feministas, conservadores, del Partido de la U, entre otros sectores. Por el otro, Colombia atraviesa hace varios años un proceso de acumulación de fuerzas contestatarias al uribismo y al modelo económico neoliberal.

En ese sentido, el descontento social estalló en una serie de revueltas y paros de varias semanas en noviembre del 2019 y abril del 2021. Las masivas movilizaciones fueron impulsadas por estudiantes, trabajadores, el movimiento de mujeres, y con participación de campesinos e indígenas en algunas zonas rurales. Esa heterogénea masa crítica emergente es la que posibilitó que el binomio Petro-Marquez se imponga con escaso margen y que la derecha tradicional quede por primera vez relegada  del balotaje.

Los medios de comunicación de la región intentaron deslegitimar la figura de Petro al señalarlo como ex guerrillero del M-19. Sin embargo, fue concejal, senador y electo alcalde de Bogotá en 2012, cargo del que fue destituido como consecuencia de un proceso de law fare en el año 2015. La elección del domingo fue el tercer intento de Gustavo Petro en llegar al Palacio de Nariño.  En su primer discurso como presidente electo señaló:

 “No es el momento de los odios. Este gobierno que va a iniciar el 7 de agosto es un gobierno de la vida. ¿En qué consiste un gobierno de la vida? Primero en la paz, segundo en la justicia social, tercero en la justicia ambiental, la paz como eje de un gobierno de la vida”.

Además, estará acompañado por Francia Márquez, quien será la primera mujer afrodescendiente en ocupar la vicepresidencia. El gran protagonismo de su figura por sus orígenes humildes y su militancia ambientalista en la lucha contra la megaminería en la zona del Cauca y con un discurso marcadamente feminista,  imprimen una faceta popular e inclusiva a la fórmula.

Este triunfo tiene notable trascendencia regional. La paz de Colombia es la paz de América Latina, tal como lo entendieron Néstor Kirchner interviniendo como Secretario General de la UNASUR para resolver el conflicto entre Colombia y Venezuela  con la firma del Acuerdo de Santa Marta en 2010 y Cristina Fernández de Kirchner en 2013 viajando a Bogotá para respaldar las negociaciones en marcha con las FARC. Es por eso, que CFK publicó en su cuenta de twitter la conversación que mantuvo con Petro y celebró la victoria del pueblo colombiano:

El nuevo gobierno tendrá una oportunidad única en llevar esperanza a un pueblo históricamente asediado por la  violencia, gobernado hace más de dos siglos por y para las elites con un modelo económico que oprime a las mayorías.  Las expectativas están puestas en que Gustavo Petro sea el tan esperado cambio que Colombia necesita.