“Queremos que nuestra bandera cubra a todos: a los empresarios nacionales, a los empresarios de otros lugares que vienen a invertir en esta tierra, a nuestra clase media que queremos que recupere su capacidad de ir mejorando a nuestros trabajadores, pero es necesario que cubra también con su dignidad a los excluidos de la Patria, a los castigados del modelo que intentamos dejar atrás. No es fácil reconstruir a la Patria; son poderosos los intereses que hacen fuerza para que los argentinos no nos volvamos a poner de pie, pero sentimos que la estamos reconstruyendoˮ, decía Néstor en Rosario allá por el 2005, pero bien podría ser hoy.
Hace 3 años Cristina nos convocaba a Arsenal para el lanzamiento de Unidad Ciudadana, como ese paso imprescindible en la conformación de un frente que representara a hombres y mujeres de carne y hueso, donde la voz de las mayorías pudiera ser escuchada y sus necesidades, atendidas.
“Yo quiero volver a ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, donde lo importante son los que sufren, los que necesitan, los comerciantes que tienen que levantar la persiana todos los días, los empresarios que tienen que dar trabajo y poder pagar salariosˮ, decía Cristina luego de presentar a algunos de los afectados y afectadas por el macrismo, entre quienes se encontraban desde becarias del CONICET que habían perdido su beca y una docente de una universidad del conurbano bonaerense hasta comerciantes, obreros o jubilados y jubiladas que habían dejado de recibir los medicamentos gratuitos mediante el PAMI.
A partir de esas elecciones de medio término del 2017, “comenzó todoˮ y dos años más tarde Unidad Ciudadana sería parte del Frente de Todos, una alianza electoral plural y diversa que pudo derrotar de forma contundente al neoliberalismo.
“A nuestros próceres debemos recordarlos como hombres y mujeres de carne y hueso, que ahí está el mérito. Porque si fuera Súperman, hacer cosas de Súperman no sería ningún mérito. Mérito es hacer cosas de Súperman siendo hombres y mujeres de carne y hueso. Ese es el verdadero mérito que tienen los patriotasˮ, decía Cristina hace un año en Rosario en la gira de presentación de su “Sinceramenteˮ.
Hoy, a 200 años del paso a la inmortalidad de Manuel Belgrano, no hay actos masivos pero las banderas argentinas flamean en balcones, ventanas y puertas de miles de compatriotas. Honrar el legado de nuestras y nuestros próceres en este particular momento se traduce en cuidarnos y cuidar al otro y la otra; para preservar la salud del pueblo y comenzar a escribir la agenda del mañana.