La repentina aceleración del proceso de embargo que se venía llevando a cabo por un juicio ridículo que la empresa Cablevisión (del Grupo Clarín-Telecom) le hizo a Víctor Hugo hace algunos años, incluyó esta vez el allanamiento de su domicilio, con el claro objetivo de amedrentar al periodista, en momentos en los que al Gobierno necesita que no existan opiniones disonantes que puedan acentuar aún más el descontento de la opinión pública frente al destastre económico que se está produciendo.
Nos solidarizamos con Víctor Hugo y con todos los comunicadores que son amedrentados por el oficialismo y sus corporaciones aliadas, como el Grupo Clarín y el Partido Judicial, repudiando este tipo de metodologías que lo único lo único que terminan generando es el fortalecimiento de las convicciones y las ideas, que no hay allanamiento ni orden de un juez que las pueda silenciar.