Episodios gravísimos como éste nos recuerdan épocas oscuras de nuestra Argentina, como la Noche de los Bastones Largos. No creemos en las casualidades. Este hecho es parte del ataque sistemático a los derechos humanos y a la educación pública que viene desarrollando el gobierno de Mauricio Macri a nivel nacional y el de Gerardo Morales en la provincia.
Este accionar ilegal, que viola la Ley de Seguridad Interior, se ha hecho moneda corriente en Jujuy desde la asunción del gobierno macrista de “Cambia Jujuy”, el cual ha lanzado una cacería de brujas desde la detención de la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala. Está a las claras: la perseción política es hoy una política de Estado.
La impunidad para perseguir y criminalizar a la juventud se agrava debido a la implementación del Código Contravencional, que otorga superpoderes a esta fuerza.
Por todo esto, nos solidarizamos con los compañeros que sufrieron en carne propia la violencia institucional y exigimos a los funcionarios macristas que con urgencia brinden explicaciones sobre esta decisión de llevar a cabo un nuevo, ilegítimo y violento avasallamiento de derechos.
Por otro lado, convocamos a que todas las fuerzas políticas y movimientos sociales que respetan y cuidan la Democracia que tanto nos costó a los argentinos, repudien y se solidaricen, comprendiendo que este nuevo hecho de persecución política que se produce cotidianamente en Jujuy, constituye además una prueba de ensayo para el modelo de país que quieren instalar los violentos de siempre.