Miles de mujeres a lo largo y ancho del país nos organizamos desde hace meses para movilizarnos, generar asambleas, espacios de debates, acciones de difusión en la vía pública y campañas de concientización
La lucha contra la violencia de género en la Argentina tomó estado público con las manifestaciones a lo largo y ancho del país en repudio a las muertes de mujeres producidas por la violencia machista. Por este motivo las mujeres organizadas nuevamente nos movilizamos en todo el país con cese de actividades laborales.
Finalmente, ayer el paro de Mujeres generó que millones de mujeres se movilizaran en 52 países. Y Argentina no se quedó atrás: hubo acciones en todas las provincias, siendo la más masiva la movilización desde Congreso hasta Plaza de Mayo. En total hubo cerca de medio millón de mujeres por todas las calles del país.
La columna del Frente para la Victoria ocupó más de cinco cuadras y fue encabezada por la consigna “Todas somos Cristina. Cristina somos todas”, en alusión a la persecución política a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que tiene como fin encubrir un proceso de ajuste y entrega del país, con exclusión, represión y ataque al campo popular y a Cristina como máxima expresión de de los intereses populares.
Cuando se persigue a Cristina se está criticando en realidad a un modelo de redistribución que permitió la ampliación y restitución de derechos de las cuales la mujeres fuimos principales beneficiarias. Por eso, cuando la atacan nos pegan a todas.
Las pancartas y los carteles de las compañeras expresaban diversas demandas: reclamar justicia y repudiar la violencia; defender los derechos conquistados denunciando el vaciamiento y cierre de programas y políticas de género a nivel nacional (por que “Ni una menos” se logra con “ni un derecho menosˮ), la “Libertad a Milagro Sala, presa política por luchadoraˮ, “Aborto legal, seguro y gratuitoˮ, “Basta de despidos y ajuste que afecta doblemente a las mujeres”, “Cupo Laboral Trans”, entre otras.
Después de los doce años de empoderamiento popular que nos permitieron las políticas públicas implementadas por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, las mujeres empezamos a vivir una verdadera década ganada en derechos, así como acceso a lugares de poder y decisión. Pero en poco más de un año este gobierno se encarga de destruir todos los días nuestros derechos, amenazando la vigencia de las instituciones de la democracia.
Macri niega su responsabilidad en los nuevos índices de inflación, en la destrucción de la industria nacional, en los despidos cotidianos, en el crecimiento de los femicidios. Macri se embandera con todas las causas que traiciona y por eso se anima a decir que está comprometido con los valores republicanos, con la educación pública o que es un aliado en la lucha contra la violencia de género. Pero nosotras conocemos su cinismo. Conocemos los numerosos retrocesos que se efectuaron en su primer año de gestión y que redundan en más violencia y más desigualdad para las mujeres trabajadoras.
Por ello tampoco es casual los episodios de violencia policial vividos previos y posterior a la movilización. El día martes fueron detenidas ilegítimamente 5 activistas feministas por realizar acciones de difusión del paro de mujeres, y el día miércoles al finalizar la marcha y frente a un puñado aislado de personas que realizaron actos de vandalismo contra la Catedral, la policía reprimió arrojando gases contra la multitud, donde miles de mujeres debieron salir corriendo. Posterior a la marcha y cuando ya la mayoría se había disipado, con muchas mujeres aun en las inmediaciones de la plaza la policía desplego un operativo de detenciones masivas sin causas alguna, en lo que las propias testigos denominaron una razzia o cacería de mujeres.
Por eso denunciamos y repudiamos que el accionar policial que, que es una clara definición política del presidente Mauricio Macri para perseguir a las mujeres organizadas.
Las mujeres demostramos estar a la altura de las circunstancias. Construimos patria, construimos igualdad y no nos tiembla el pulso a la hora de decir: Cristina es nuestra conducción.
