Tal como había sucedido la semana pasada, cientos de investigadores, trabajadores, estudiantes y jóvenes científicos del sector de concentraron en la puerta del MinCyT para reclamarle al Ministro Barañao y al presidente Macri por el futuro de los 500 investigadores que han sido recomendados para el cargo y no han podido ingresar al organismo, dejando a la deriva su futuro y propinando una nueva fuga de cerebros en la Argentina.
Tras la publicación el viernes pasado de la resolución con los resultados del llamado, el recorte se hizo oficial y esos jóvenes que ven en peligro su futuro para hacer ciencia en su país ya tiene nombre y apellido. Se consumó el ajuste.
Después de que las autoridades le hayan negado la entrevista a los representantes de las organizaciones presentes, y ante el reclamo persistente de la gente movilizada, el Ministro Barañao decidió concretar la reunión en cuestión donde, lejos de plantear alguna solución, descartó la posibilidad de que la situación se revierta. Esto deja un escenario en el cual va a persistir la organización del sector, frente a un hecho que es la piedra fundacional el vaciamiento de la ciencia que se vislumbraba en el debate parlamentario por el presupuesto nacional para el 2017. Al recortar los ingresos a carrera, el gobierno nacional está incumpliendo los objetivos estratégicos planteados en el plan Argentina Innovadora 2020 que el mismo Lino Barañao anunciara hace algunos años.
El mismo proyectaba un desarrollo científico al servicio del crecimiento y el desarrollo productivo de nuestro país. Un rumbo que día tras día confirmamos ha sido abandonado por el modelo neoliberal.