Neuquén

Preocupa la violencia institucional  en  Neuquén

Las imagénes de un policí­a disparándole a quemarropa a un trabajador estatal, que esta semana recorrieron todo el paí­s, son en realidad la expresión más brutal de una polí­tica represiva que se ha agudizado en los últimos tiempos y que es necesario frenar de inmediato.

Luis  Bastidas,  un  trabajador estatal afiliado a UPCN fue herido de bala en la mañana del 21 de Septiembre mientras  protestaba por un reclamo gremial frente a la sede del Ministerio de Seguridad provincial, ubicado en pleno centro de la capital neuquina.

Este triste episodio, junto a la represión sufrida por los vecinos y las organizaciones que el viernes 16 quisieron participar de la audiencia pública que discutí­a el tarifazo al gas en el salón de usos múltiples del Concejo Deliberante local, se suman a un clima de violencia institucional que se ha profundizado en los meses, merced al alineamiento del gobernador Omar Gutiérrez con el presidente Mauricio Macri.

Cabe recordar que en los últimos años, la policí­a provincial fue la responsable de los  casos  que  más  movilizaron a la sociedad neuquina, empezando por el de Carlos Fuentealba,ˮ‹ docente y militante sindical que en abril de 2007  fue  a  reclamar  por  sus  derechos  en el marco de una convocatoria realizada por el gremio  ATEN (perteneciente a CTERA) y terminó asesinado  durante como consecuencia de la represión ordenada por el entonces  gobernador Jorge Omar  Sobisch  y  ejecutada a sangre frí­a por  el policí­a José Darí­o Pobleteˮ‹, con el objetivo de impedir  la  manifestación  en la ruta.

En  el  año  2012 aparecieron los casos de Brian  Hernándezˮ‹,  un  adolescente de 15 años  que recibió un disparo en la nuca por parte del  ex  policí­a  Claudio  Salas, y  tambiénˮ‹ el de Matí­as Casas,ˮ‹ joven de 19 años  que fue acribillado frente  a  su  novia  por  Héctor Méndezˮ‹, otro efectivo de la policí­a provincial.

Poblete,  Salas  y Méndez  fueron sentenciados  a la pena de prisión perpetua, aunque en los tres casos luego se modificó la calificación de las causas y se les redujo la pena. En el  caso  de  Méndez, habí­a sido  un  jurado popular  el que declaró culpable por unanimidad al policí­a.

A pesar de contar con este historial en los años recientes, al gobernador Omar Gutiérrez no le ha temblado el pulso para ordenar que la policí­a provincial  vuelva a enfrentar la protesta social portando  armas  de fuego, procedimiento que contradice todas las recomendaciones de organismos internacionales y especialistas en cuestiones de seguridad ciudadana.

Hoy Neuquén se vuelve  a  encontrar  con una polí­tica de represión hacia los trabajadores que salen a defender sus derechos, en lugar de buscar  soluciones  a los  problemas  estructurales  y  deficitarios  de una provincia  que está gobernada hace 55 años  por  los  mismos.

En este marco, los otros poderes del Estado provincial, el legislativo y el judicial, se muestran displicentes y alejados  de  los  problemas  y  las realidades  de la gente.

Sobre  la base de una continuidad polí­tica de varias décadas  sin interrupciones, han construido un aparato  burocrático  que    actúa como caja de resonancia pero ejecuta leyes  a espaldas de  los  ciudadanos,  y  en  donde los  acuerdos  polí­ticos  parecen irse a los  caños, ya que manejan  a  gusto  y  placer los  tiempos  legislativos.

Así­  podemos  hacer  un  repaso de todos  los  temas  en los  que la legislatura “habla” pero no resuelve, por eso no  es  ilógico  pensar para qué necesitaban votar tan rápido la reforma del artí­culo 114 del Código  Procesal  Penal  provincial respecto a la prisión preventiva.

Como  cierre,  podemos  decir  que toda firmeza, que es  necesario avanzar fuertemente para que  los  policí­as  condenados  por  cada uno de los  crí­menes  estén detrás  de las  rejas, pero también  en  polí­ticas  concretas  y  en leyes  que erradiquen la violencia institucional.

Informe: La Cámpora Neuquén

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