La embajada de Estados Unidos en Argentina fue anfitriona de un evento en el Palacio San Miguel para celebrar un nuevo aniversario de la independencia de su país. Numerosas personalidades de la política, los negocios, la justicia y los medios, que rara vez los vemos haciendo presencia en hechos importante para la Argentina como la conmemoración y repudio al golpe cívico militar, tuvieron asistencia perfecta. Mario Quintana, Patricia Bullrich, Rogelio Frigerio, Juan José Aranguren, Héctor Magnetto, Alfredo Leuco, Fernando Bravo, Claudio Bonadío, Ricardo Lorenzetti, Laura Alonso, Alejandro Bulgheroni, Cristiano Rattazi, Fernando De La Rúa y Jorge Brito entre otros fueron algunos de los invitados que gustosamente brindaron por los Estados Unidos de Norteamérica.
El embajador Noah Mamet brindó un breve discurso donde aseveró que “el cambio positivo que ha ocurrido ha superado todas nuestras expectativasˮ. Y tiene razón el funcionario norteamericano. Desde que asumió Mauricio Macri Argentina es promotora de la desintegración del Mercosur para darle lugar al libre comercio con hegemonía estadounidense. También se flexibilizaron los controles para la adquisición de tierras nacionales por parte de extranjeros. Se aumentó un 11% la deuda externa y se sabe que en Estados Unidos están comprando los bonos argentinos, como en su momento hiciera Paul Singer. Asimismo se le pagó alrededor de U$S12.000 millones a los fondos buitre a cambio de que el país siga sin poder conseguir financiamiento barato como se había prometido. También se permitió la llegada de capitales golondrinas al reducir el tiempo durante el cual los fondos deben permanecer en el país, y se inauguró una nueva etapa de fuga de capitales que lleva U$S3.300 millones en un trimestre merced a la improvisada eliminación de las restricciones cambiarias. Ni hablar del desmantelamiento del mercado interno y la apertura de importaciones que pone en jaque a la producción nacional.
Se comprende por qué en el país del norte aseveran que se superaron las expectativas. Porque no esperaban tanta cesión de soberanía y dignidad de la Argentina en tan poco tiempo. No imaginaban que en pocos meses iban a poder someter a un gobierno como hicieron en los años 90.
El problema no es Mamet. í‰l defiende los intereses hegemónicos de su país y su gobierno. El problema son los argentinos que creen que los intereses de aquellos que oprimen, a veces financiera, a veces armamentísticamente a otras naciones, coinciden con los intereses propios. Y más grave es el problema cuando esos argentinos son los que están en el gobierno, en la justicia, y manejan las grandes empresas y medios de comunicación del país.