Fue fundador y presidente del Club Almafuerte, en su pueblo. Fue Concejal de su Municipio y luego Intendente de San Andrés de Giles. Fue Diputado Nacional y Presidente de la Cámara. Fue embajador plenipotenciario y también fue Presidente de la Nación.

Pero el tí­o Cámpora fue todas esas cosas porque era una sola: representativo.

Cámpora representaba la lealtad a un proyecto polí­tico nacional y popular, encarnado en la conducción de Perón. Con humildad y trabajo cotidiano, representaba a sus vecinos de Giles. Representaba en el Congreso al pueblo trabajador cuando el peronismo irrumpió en la historia nacional. Representaba a los perseguidos polí­ticos durante los dieciocho años de proscripción. Representaba a la juventud militante de los setenta que militó incansablemente para que vuelva la verdadera democracia con justicia social.

Cámpora murió un dí­a como hoy, 19 de diciembre, en México, en el año 1980. Exiliado de la última dictadura cí­vico militar. Lo recordamos a él, junto a las ví­ctimas del 19 y 20 de diciembre del 2001, de la única forma que entendemos es la correcta para homenajear a los compañeros: militando con lealtad a las ideas de transformación y justicia social.

Hoy su legado es nuestro compromiso con Néstor y Cristina, con la defensa de todo lo conseguido y con la voluntad por todo lo que falta.