Durante la jornada de ayer la Cámara de Diputados de la Nación fue el escenario de debate del proyecto del Poder Ejecutivo que establece adelantar las elecciones legislativas nacionales, en el marco de una medida extraordinaria atento a la coyuntura actual, y que buscaba el acompañamiento de todos los sectores polí­ticos de nuestro paí­s en un claro compromiso con los intereses de todos los argentinos.

Con el voto a favor de 136 diputados del oficialismo y de otras fuerzas provinciales, como diputados de la concertación del Movimiento Popular Neuquino y el diputado Ariel Basteiro, se aprobó la iniciativa y en las próximas horas será girado al Senado, que comenzará a debatirlo mañana mismo.

Como es de costumbre, algunos sectores de la oposición que sólo pretenden anclarse electoralmente, incluso a costa de sus propios principios y sólo por estar en contra, se opusieron a esta iniciativa que tiene un alto grado de razonabilidad, como dijo el diputado oficialista Jorge Landau.

Durante el debate, el diputado Basteiro afirmó que la unificación del calendario electoral “va a permitir que los argentinos no estemos inmiscuidos en una campaña permanenteˮ, y consideró que el adelantamiento permitirá “no terminar en una maratón de eleccionesˮ.

En definitiva no se trata, como quisieron imponer discursivamente algunos de los oradores de la oposición, que el proyecto va en contra de la calidad institucional y la gobernabilidad, sino que quedó demostrado que aquí­ no se quiere cambiar la naturaleza del voto sino simplemente una fecha. Porque a diferencia de muchos, en nuestra larga tradición, y desde nuestras bases peronistas siempre confiamos en el voto popular.

Esta vez la campaña mediática no alcanzó para desvirtuar la realidad. Incoherentes ellos, entre el Bloque Federal, el Radicalismo, la Coalición Cí­vica, el PRO y aliados, como el “neocobismoˮ, que subestimaron las convicciones del proyecto nacional y popular.

Las mismas alianzas y los mismos acuerdos entre bambalinas, intentando compararse a alguna de las principales potencias que hoy no son ejemplo de nada, y olvidándose de los intereses del pueblo argentino fueron acompañados como siempre de una inmensa campaña mediática, desde TN, que transmitió, casi en su totalidad, preferentemente las opiniones de estos representantes de ciertos intereses, que olvidaron al sector de la sociedad que los puso allí­.

Ni que hablar del fogoneo que realizaron algunos movileros de radios y canales televisivos que se solidarizaban con la diputada Patricia Bullrich, porque según ellos habí­a sido agredida durante la sesión. Piba: la verdad puede ser dura, pero es la verdad y no tiene remedio.

Ojalá que Carrió así­ como encontró un asesor en economí­a pueda encontrar un abogado constitucionalista que se oponga a esta iniciativa, directamente relacionada con los mecanismos de gobernabilidad democrática, que tanto en la Ciudad de Buenos Aires, en Santa Fe y otras provincias se ejerció. Hoy la Cámara de Diputados aprobando este proyecto, una vez más, demostró que la solución de los problemas argentinos, como dice la compañera Presidenta, es con más democracia.