En el año 2005 muchxs trabajadorxs en edad de jubilarse no contaban con la cantidad de aportes necesarios para poder acceder a este derecho. En consecuencia, Néstor Kirchner a fines de ese año y mediante la sanción del decreto 1454/2005, reactivó la ley 24.476 que dio lugar a que todos los mayores de 60 y 65 años pudieran jubilarse, hayan realizado o no aportes durante su vida laboral. Durante el gobierno de Cristina Kirchner se sancionó la ley 26.970 que amplió el espectro, logrando acceder a cubrir el 96% de la población en edad de derecho a jubilarse.
Esa nueva moratoria concluiría en 2016 y el macrismo la extendió hasta el 23 de julio del corriente año, pero solamente a mujeres con un mínimo de tres años de aportes (excluyendo a los hombres y desde luego a las mujeres que toda su vida se ocuparon de las tareas del hogar), decisión que dejó vislumbrar los horizontes del ajuste que finalmente se desarrolló a lo largo de estos casi cuatro años y dejó fuera a miles de argentinxs en situaciones vulnerables.
Dejar la moratoria sin vigencia implicará que muchxs de los futurxs jubiladxs -en su mayoría mujeres- que no tengan los 30 años de aportes no puedan acceder al derecho, lo que conlleva a que a partir de ahora solo puedan acceder a la Pensión Universal de para el Adulto Mayor (PUAM), que cuenta con 115.377 beneficiarixs del universo total de los 6.197.627 millones de jubiladxs y pensionadxs, y paga solo el 80% del haber mínimo jubilatorio, lo que debería ser de carácter inconstitucional ya que se encuentra por debajo del mínimo establecido.
En el mundo laboral las mujeres suelen tener los trabajos más flexibles y precarios. A su vez, lxs trabajadorxs de casas particulares en su mayoría son mujeres y trabajan de forma no registrada. Según la Encuesta Permanente de Hogares, las mujeres realizan el 62% de los empleos asociados al cuidado (sistema educativo, salud, social, trabajo doméstico); según el INDEC, las mujeres le dedican seis horas diarias más al trabajo doméstico, siendo éste una doble jornada laboral. La tasa de desocupación actual de las mujeres es de 10,8%.
Lejos de realizar acciones para disminuir y bregar por las grandes mayorías, lxs desprotegidxs y promover la igualdad de los géneros, esta medida vuelve a atacar a los sectores más vulnerables que son lxs jubiladxs, lxs trabajadorxs y las mujeres.