Con necesidad y urgencia, el Decreto deroga leyes fundamentales para el deporte que realizan profesionales y amateurs en la Argentina, abriendo la puerta para liquidar terrenos como los del CENARD y privatizando el deporte a través de su arancelamiento. Se trata además, de la antesala para la creación de sociedades anónimas en reemplazo de las tradicionales asociaciones civiles.
Una vez más, Macri pone en práctica una política pública que nos lleva a un Estado cada vez más ausente, quitándole derechos a nuestros deportistas.
Desde que Cambiemos llegó al poder, el deporte fue uno de los objetivos fijados por el macrismo para marcar el retroceso cultural que consiguen sus políticas neoliberales: desde los cambios sufridos por el ENARD hasta la asfixia que sufren los clubes de barrio por las tarifas de servicios públicos impagables.